LONDRES. América Latina ha sido testigo de 2 grandes sismos en un lapso de pocas semanas. El extremo norte de la región (Haití) fue sacudido en enero y el extremo norte (Concepción en el medio de Chile) en febrero. La intensidad del primer terremoto equivalió a 32,000,000 toneladas de TNT pero la del segundo a la de 158,000,000,000 toneladas de este mismo explosivo.
Si bien el sismo chileno fue mucho más poderoso que el haitiano es posible que haya producido 250 menos cantidad de muertos que el cuarto de millón de haitianos que pereció en su cataclismo. Esto se debe a que el sismo haitiano se dio más cerca de la capital y con un país sin mucha infraestructura antisísmica.
Sin embargo, los efectos del cataclismo chileno han generado unos dos millones de desplazados y daños en lugares tan importantes como el aeropuerto o varios museos o edificios importantes de Santiago, la capital.
El terremoto de la madrugada del 27 de febrero se dio en las costas de la región del Bío Bío, el río más ancho de Chile, el mismo que separaba a los reinos mapuche de los incas y luego de los españoles y de la nueva republica post-colonial.
Ese ha sido el séptimo sismo más fuerte que haya sido registrado en la historia, siendo el mayor uno que aconteció en ese mismo país hace exactamente medio siglo (Valdivia 1960).
Más de un cuarto de los países del mundo decretaron alerta por un posible tsunami, que, felizmente, no tuvo un carácter global.
Los sismos son producidos por el choque o roce entre placas tectónicas subterráneas. Estos movimientos son los que han ido creando los Andes, los Alpes y el Himalaya durante millones de años y los que, a su vez, han generado tierras fértiles o con mucha minería.
Lo acontecido en los dos polos de América Latina muestra que otras catástrofes naturales pueden ocurrir al medio de esta región o en cualquier continente. Catástrofes naturales han producido todas las extinciones masivas de especies (incluyendo a la de los dinosaurios).
Explosiones volcánicas (así solas o produciendo tsunamis) destruyeron a la mayor civilización humana de hace 3,600 años (la Creta que muchos creen que fue la verdadera Atlántida) . Se piensa que una de éstas eliminó a la gran fauna (y a casi todos los habitantes) de Norte América hace 12 a 13 mil años, y otra ocurrida hace decenas de miles de años en el archipiélago del tsunami indonesio del quinquenio pasado casi extermina a toda la humanidad.
Lo que pasó en Haití el 12 de enero mostró como en pocos segundos la tierra puede asesinar más gente en un solo lugar que todos los muertos en todas las bombas nucleares o atentados terroristas juntos de la historia. Sin embargo, el eje de la defensa de todos los países consiste en gastos militares. No hay una sola potencia que destine la mayoría de sus recursos de defensa a proteger a su población del peor terrorismo de todos (el de la naturaleza) ni existe una organización mundial destinada a coordinar la prevención e inmediata respuesta de ayuda ante las catástrofes naturales, las mismas que siempre suelen afectar a más de un país al mismo tiempo.
Teorías sobre sismos
LONDRES. Hay una serie de teorías que circulan sobre por qué se produjo el terremoto de Haití, y seguramente ha de pasar con respecto al de Chile.
Según el famoso tele-evangelista norteamericano Pat Robertson, ex presidenciable republicano en 1988, Haití fue castigada por Dios porque hace dos siglos hizo un pacto con el diablo para liberarse de Francia. En la América Latina de 1804 Haití fue la primera república y también el primer país que abolió la esclavitud (algo que luego copiaron todos los pueblos cristianos del mundo).
Según el diario ruso Pravda, los EE.UU. han logrado crear una serie de tecnologías que pueden inducir a alteraciones climáticas o telúricas, las mismas que habrían producido los últimos sismos de Eureka, Sichuán y Haití, y que apuntan a hacer lo mismo en Irán. En Irán, por su parte, circulan reportes de que las FF.AA. israelíes en Haití estarían robando órganos a los damnificados tal como lo habrían venido haciendo con los de los palestinos. Ninguna de esas aseveraciones ha sido comprobada.
Toda la capa superior de nuestro planeta está dividida en placas, las mismas que se mueven muy lentamente. Cuando se produce un choque entre éstas es que se realizan los sismos. Una gran parte de la humanidad (y la mitad de las grandes ciudades) se encuentra en los límites entre placas, precisamente porque, gracias a esos movimientos telúricos, allí tienden a surgir tierras más fértiles o con más metales.
Los sismos son inevitables y lo único que nos queda es en avanzar en tecnologías que nos permitan predecirlos o en construir edificaciones antisísmicas. El terremoto haitiano fue geológicamente no muy devastador, pero sus efectos fueron catastróficos porque este empobrecido país no tenía estructuras preparadas para resistir ello y luego para hacer frente a los damnificados.
Lecciones del sismo de Haití
El 12 de enero Haití se transformó en el país que más muertos ha tenido en un sismo después de China. El terremoto haitiano tuvo 7 grados (una alta escala que se repite como promedio una vez cada mes en distintas partes del mundo) y por ende equivalió a un exiguo porcentage del de la potencia telúrica del tsunami indonesio del 26 de diciembre del 2004 o el del sismo chileno del 27 de febrero.
Sin embargo, la catástrofe haitiana fue mayor debido a que este empobrecido país no tenía infraestructuras antisísmicas ni un sistema eficaz de socorro rápido. Según la BBC este país de 9 millones de habitantes tuvo más de 230,00 muertos, 300,000 heridos y 5 millones de damnificados.
Al comparar los últimos 3 grandes sismos que han habido (China, 12 Mayo 2008; Italia 6 Abril 2009; y Haití 12 enero 2010) la BBC arroja estos datos:
En Haití uno de cada 15 afectados murió, mientras que la relación en Italia fue de 1 a 190 y en China de 1 a 595. En Haití uno de cada 16,588 afectados fue rescatado mientras que la relación en China fue de 1 a 690 y en Italia de 1 a 373. Mientras que en China los costos de la reconstrucción representan un pequeño porcentaje del producto nacional, en Haití ocurre lo inverso, pues el país americano más pobre debe producir más de un siglo para reponerse de la catástrofe.
Una distante familiar haitiana me escribió que lo que la gente hoy más necesita son carpas. La temporada de lluvias se viene y aún hay decenas o cientos de miles de haitianos que carecen de éstas. Resulta paradójico que cuando se trata de una guerra las potencias si pueden destacar en cuestión de horas bombas, implementos y carpas para decenas o cientos de miles de soldados, pero los damnificados del peor sismo americano deban seguir sobreviviendo en la intemperie a semanas de la catástrofe.
EEUU ha tendido a enviar más tropas que personal de salud a Haití. Todo lo que esta potencia ha donado para el sismo no llega a la suma de lo que ésta llegó a gastar por cada día en bombardear a Iraq.
El sismo haitiano hace repensar cuáles deben ser los principales costos de seguridad del mundo, pues los mayores asesinos de humanos son esas catástrofes o las plagas. Desgraciadamente, EEUU prioriza el llegar a tener la mitad de los gastos bélicos del mundo, mientras que lo que urge son más inversiones en prevención y reacción rápida ante tragedias naturales.
Pugnas por Haití
Una serie de intereses vienen pujando en torno a qué hacer con Haití tras su terremoto. Las principales potencias que intervienen o han intervenido en ese país son Brasil, EEUU y Francia.
Los presidentes de estas 3 repúblicas se podrán abrazar entre ellos y dirán que están unidos para socorrer a los damnificados. Sin embargo, tras el telón tienen varias pugnas.
Brasil es la potencia dominante de la Unión de Naciones Sudamericanas y ha liderado el contingente de más de 10,000 cascos azules en Haití desde el 2004. Tras el sismo duplicó sus soldados en Haití, pero EEUU sorprendió enviando unas 20,000 tropas de combate, monopolizando los puertos, aeropuertos y vías principales.
Esta cifra es mucho mayor a la del número de médicos o personal de apoyo civil que Obama ha destacado, mientras que la ayuda económica es relativamente mínima. EEUU requiere defender muchas empresas que producen para su mercado y tal vez iniciar exploraciones petrolíferas.
Brasil aduce que su presencia en Haití durará mucho mientras que la de EEUU será transitoria. La declaración de UNASUR apoya la presencia de las tropas de la ONU comandadas por Brasil y, si bien no condena abiertamente a EEUU, pide que la reconstrucción haitiana esté a cargo de los propios haitianos.
Francia, quien dominó a Haití hasta 1804, se unió a EEUU para destituir al presidente constitucional Aristide (quien pidió a París que les restituyese US$ 21,000 millones). Sin embargo, ésta recela el nuevo despliegue militar de EEUU en su ex colonia. El ministro francés de cooperación Alain Joyandet dijo “se trata de ayudar a Haití y no de ocuparlo”.
Venezuela y Cuba creen que la presencia de EEUU apunta a ir minando a sus respectivos gobiernos y a consolidar el “golpe hondureño”. Sudáfrica, la principal potencia del África Negra, mientras tanto, sigue financiando en su suelo a Aristide esperando valerse de ello para en algún momento volver a querer alzar su presencia en Haití.