Sólo se halla la estética en la conciencia del verso.
El verso es la ética de la palabra y el universo de la acción.
Hay que volver al poema y hacer valer la voz del poeta.
El poeta que lo es cultiva el amor y el amor lo cautiva a él.
Cada cultura reconoce sus amores y conoce sus sueños.
Ama hasta que vibres, sueña hasta conquistar el mundo.
Un poema no se lee, se vive y se convida con el silencio.
Sólo con el silencio se siente la caricia de Dios.
Nos deja recitar a nosotros la presencia de su verso.
Verso que está presente en todas partes, cobijémosle,
dejarlo ausente es el peor castigo para el ser humano.
Porque la poesía es el único abrazo en estado puro,
el camino de la libertad que abre la puerta del alma,
la luz que nos permite ver y reencontrarnos en el verso,
hagámosla que habite en nuestro espacio existencial,
lo que ya cohabita en el planeta que siempre soñamos.
Todo tiene su belleza, pero no todos saben respetarla.
Por ello, es tan justo como preciso creer y crear poesía
antes de que un mundo bárbaro nos confunda,
se apropie y nos expropie el corazón como si fuera suyo,
¡nos trague la poesía que somos y nos arroje a no ser!.
Sólo la belleza es nuestro estado de vida, ¡vivámoslo así!
y únicamente lo hermoso vale la pena vivirlo.
corcoba@telefonica.net