Los países que conforman según Washington el eje mundial del narcotráfico internacional, Afganistán, Bahamas, Bolivia, Brasil, Myanmar, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Haití, India, Jamaica, Laos, México, Nigeria, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela, replantean la lucha contra los carteles de la droga, inspirados en las recetas milagrosas del “Tío Sam”.
Por lo menos ya pasamos de grado, antes éramos perezosas bananas repúblicas, ahora somos narco repúblicas, según las más acaloradas expresiones de los mayores consumidores de drogas del mundo. El mercado de la droga que abastece el consumo norteamericano, crece cada día con la complicidad de las autoridades del norte, que poco hacen para evitar la entrada en su territorio de las mercancías ilegales.
Imagínense lo que es exigirle a un país pobre como Ecuador, mejores resultados en la lucha contra el narcotráfico, cuando la nación más poderosa del planeta que tiene todos los recursos, económicos, humanos y tecnológicos disponibles, no pueden controlar sus fronteras, terrestres, aéreas y fluviales. La lucha contra el narcotráfico requiere de políticas sinceras e incluyentes, donde Estados Unidos juegue un papel más protagónico compartiendo tecnologías e informaciones de inteligencia, que les permitan a los países mencionados luchar con mejores notas contra los nuevos amos del terror.
En países como la República Dominicana hace años que se siente el empuje de una nueva clases social, que por ningún motivo, pueden demostrar el origen lícito de sus fortunas, convirtiéndose en los principales inversionistas del nuevo progreso nacional. Venezuela ha pasado a convertirse en el mayor exportador de cocaína colombiana en el mundo, disputando el liderazgo de las mafias y carteles a México y Centroamérica.
Es poco lo que podemos demostrar o presentar como tareas cumplidas, ante la falta de recursos tecnológicos y de seguridad nacional.
En el caso de Ecuador la llamada inteligencia nacional, que es incapaz de descubrir y dimensionar para la propia seguridad del estado la tentativa y posterior sublevación de policías en contra del gobierno de su presidente constitucional eco. Rafael Correa, imagínense como será para seguirle los pasos a un clan, todo poderoso como las mafias de la droga que tienen mucho más recursos que nuestras autoridades. Esta lucha contra los carteles de la droga es desigual, y lamentablemente las están ganando los narcotraficantes.
Urge una cumbre de seguridad latinoamericana, para tratar el tema exclusivo de la amenaza del narcotráfico a las democracias y la seguridad pública. El terror sembrado por los carteles en México y Centroamérica, podría replicarse rápidamente por todo el continente si no se toman ahora las medidas necesarias, que unifiquen una estrategia común, y creen una unidad regional de inteligencia, investigación y acción militar contra los carteles de la droga.