Primero fue al entrevistador de Ecuavisa Carlos Vera Rodríguez, luego a Jorge Ortiz de Teleamazonas, ahora el martillo vuelve sus garras contra la estación teleamazonas, esta vez en la persona de la periodista y conductora de noticias María Josefa Coronel.
No creo que el gobierno del Presidente constitucional del Ecuador, Rafael Correa Delgado necesite mas escándalos ni mas criticas, son ya demasiados los frentes abiertos por un equipo de asesores mediáticos, que no están entendiendo el sentir popular y confunden agrado con intereses, y credibilidad con incondicionalidad. La persecución política de que es objeto la periodista María Josefa Coronel, demuestra que el martillo político del régimen está dispuesto a pisotear a todo aquel que ose enfrentarlo, como si la verdad tuviera un solo dueño y un solo significado.
La interrupción continua de los programas de análisis de la periodista de Teleamazonas, rebosa ya el entendimiento de la defensa, y se convierte en acoso político a la crítica franca y directa que alguien que expresa una verdad distinta a la del régimen de turno. María Josefa Coronel no está conspirando contra Correa, pues para que exista el término conspiración se requiere en primer lugar que las acciones se hagan a escondidas y al margen de la ley, pero lo que expresa Coronel es público, oral y contradictorio.
Ya basta de tantos acosos y gastos irresponsables de los fondos públicos, en una nación con tantas necesidades insatisfechas, gastarse el dinero del pueblo en atentar en contra de la libertad de expresión de una periodista independiente, resulta no menos que odioso, sobre todo cuando se calumnia y se difama en nombre de la legítima defensa.
Entiendo perfectamente las acciones de derecho, o legítima defensa que tiene que utilizar todo gobierno que se siente perseguido o acosado, pero también la respuesta debe ser proporcional a la crítica. No puede haber proporción cuando se emite una crítica en un canal de televisión, y el gobierno enlaza a todos los canales del país y estaciones de radio para que escuchen “su verdad”, sin permitirle a la persona mencionada el derecho a la réplica en la misma magnitud de la cadena nacional del gobierno. Paren ya esa práctica perversa y ponzoñosa que solo alimenta el odio y la discordia en suelo ecuatoriano.