El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, estuvo el mes ante pasado en Cabo Verde, Guinea Ecuatorial, Kenia, Tanzania, Zambia. En Sudáfrica, asistió al lanzamiento del logotipo del próximo Mundial de Fútbol: Brasil 2014.

Su visita no fue novedad. Lula ha ido en nueve ocasiones al Continente, y ha estado en 25 de los 54 países africanos. Todo un récord, a tal punto que un reportaje de Al Jazeera lo designaba: “el Secretario General de África”.

Las telenovelas brasileñas son vistas en el Continente, la presencia de empresas como “Petrobras” es palpable y en lugares como Angola los supermercados son brasileños. En mayo, Brasil inauguró un canal de televisión internacional para África con sede en Maputo, la capital de Mozambique.

Los intercambios comerciales entre África y este grupo pasaron de unos 22.000 millones de dólares en 2000 a 166.000 millones en 2008, lo cual destaca el preponderante papel comercial del gigante suramericano, como lo puso de manifiesto la nueva gira de su Presidente, Luiz Inácio Lula Da Silva.

El interés estratégico de Brasil en África tiene tradición y lazos históricos que los acercan. Más de la mitad de los brasileños se declaran afro-descendientes, lo que lo convierte, después de Nigeria, en el segundo país con más población negra en el mundo.

La vocación africanista de Brasil no es resultado de ser hoy una potencia emergente; es una vocación pensada en el sentido de obtener socios estratégicos al otro lado del Atlántico.

La Costa Occidental africana, se encuentra frente al inmenso litoral brasileño. La apertura a África comenzó en 1961 con el Presidente Jânio Quadros, quien inauguró la llamada Política Exterior Independiente, que coincidió con la época de las independencias y favorecía la autodeterminación de los pueblos.

Después vino otro gran impulso en los 70 con el Pragmatismo Responsable del gobierno militar de Ernesto Geisel, que a grandes rasgos abogaba, en plena Guerra Fría, por posiciones independientes, aunque con rasgo anticomunista.

Desde esa época los brasileños comenzaron a participar en licitaciones y obras de infraestructura y las embajadas aumentaron en forma significativa. Favorecido por el lenguaje, Brasil ha ido reemplazando la influencia de Portugal en sus ex colonias: Angola, Cabo Verde, Mozambique, Sao Tome y Príncipe y Guinea-Bissau. Lula ha recogido con especial entusiasmo esa tradición para beneficiar la cooperación sur-sur, además de abrir nuevas delegaciones, que ya suman 28.

En 2003 creó el IBSA (India, Brasil y Sudáfrica), un activo grupo de cooperación con India y Sudáfrica, un poder emergente africano, en la búsqueda de liderazgos regionales para ocupar los espacios que ha dejado Estados Unidos.

El Foro Trilateral IBSA, es el resultado del fracaso de las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Cancún. Su objetivo es promover la cooperación en comercio, inversión y diplomacia económica entre tres de los principales polos políticos y económicos de los países en vías de desarrollo.

El 13 de septiembre de 2006 se llevó a cabo en Brasilia la primera cumbre del Foro IBSA con la asistencia del Primer Ministro de la India Manmohan Singh, los presidentes de Brasil, Luis Inácio Lula Da Silva y el Presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki; evento en que los tres líderes emitieron una declaración conjunta.

La declaración IBSA de Brasilia, enfatiza la necesidad de llevar a cabo la Ronda de Desarrollo de la OMC y hacer más humano el proceso de globalización, incluyente y equitativo. Además resalta la urgencia de mejorar la arquitectura financiera internacional para reducir la volatilidad de capitales y orientarlos hacia el crecimiento; fomentando un desarrollo sostenible y una efectiva implementación de la convención de biodiversidad; reducir el abismo digital; fortalecer las Naciones Unidas y el multilateralismo para luchar contra amenazas como el sida y el terrorismo; reformar la ONU mediante la democratización del Consejo de Seguridad; promover la igualdad en inclusión social con la implementación efectiva de políticas de lucha contra el hambre y la pobreza; apoyar las granjas familiares e impulsar la seguridad alimentaria; la salud, la asistencia social, el empleo, la educación, los derechos humanos y la protección del ambiente.

En un mundo en constante reacomodo, África no es sólo un mercado, sino que su apoyo puede ser un factor geopolítico determinante: la intensificación del control del Continente y de las rutas que se dirigen hacia África, como plantea el informe “2009 Global En Route Strategy”, de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.

Muchos analistas especulan que Lula está jugando un gran papel en la arena internacional para cuando deje el gobierno, y que los votos africanos podrían darle un impulso decisivo en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). África, después de todo, no es un Continente tan olvidado.