Nadie pasaría por alto el titular “ África ya exporta tecnología” sin releerlo, por si se tratara de una alucinación o un error de lectura, fruto del cansancio. Del continente africano nos llegan las hambrunas, las sequías, las “guerras tribales” y casos de corrupción. De vez en cuándo nos sonroja la complicidad de multinacionales occidentales en represiones de dictadores que se dejan corromper.
A pesar de esas realidades, los países africanos crecen al 5 % de media y que el 34% de su población pertenece a la “clase media”, como declaraba a El País Erik Hersman, un emprendedor blanco en Kenia que busca desarrollar en el continente el potencial de Internet y las nuevas tecnologías para mejorar la vida de las personas.
Hersman creó iHub, un centro de innovación tecnológica en Kenia, como otros 50 que existen en el continente y que se multiplican con rapidez por el abaratamiento de los servicios de Internet. Sobre todo, por el creciente acceso a la telefonía celular.
Esto ha provocado que el acceso a Internet por medio de dispositivos inalámbricos se disparara un 160% en los países “no desarrollados” entre 2009 y 2010, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). El número de usuarios de Internet ha superado los 2.000 millones en el mundo , el doble que hace sólo cinco años. El aumento en el número de usuarios en los países “no desarrollados” se mantiene en un 14% anual, con una tendencia al alza. La UIT relaciona el creciente acceso a Internet, impulsado por la telefonía celular, a los actuales niveles de prosperidad; al incremento de una cultura democrática no sólo entendida como acudir a las urnas, sino en su dimensión cívica y participativa; y al éxito de algunos países emergentes.
Algunos emprendedores han sabido ver ese potencial en África y se puede extrapolar a otras regiones del mundo. Hersman ha impulsado iniciativas Whiteafrican.com, donde habla de los avances de Internet en el continente, y AfriGagdet.com que, con el slogan “Resolviendo problemas cotidianos con ingenio africano”, recoge experiencias de personas que utilizan las nuevas tecnologías para resolver sus propios problemas.
Internet transforma el periodismo, el gobierno y la ayuda humanitaria, sostiene Hersman. Mientras grandes periódicos y medios audiovisuales cierran por problemas económicos, proliferan iniciativas locales que transforman poco a poco el paradigma mediático y de las noticias en el “continente olvidado”. Internews Network da ejemplo de esta transformación. Esta organización se dedica a formar cada año a más de 10.000 personas en periodismo y en producción periodística en varios países del mundo.
“Nuestros programas son tan diversos como los países donde trabajamos, pero todos parten de la misma idea: si la gente tiene acceso a información local relevante, producida localmente, su vida mejora y empodera a sus comunidades”, sostiene Jeanne Bourgault, presidenta de la organización.
Las tecnologías incrementan el acceso de las personas a la información sobre su propio país, lo que influye en los procesos de participación ciudadana. Proyectos como Ushahidi, también de Hersman, permiten seguir en tiempo real y con mapas interactivos lo que sucede en unas elecciones. También ha servido para dar respuesta a catástrofes. Funciona por medio de mensajes de teléfono celular y correos electrónicos.
Este tipo de herramientas permite que las personas se organicen y resuelvan sus propios problemas, lo que repercutirá en la ayuda humanitaria y la cooperación internacional.
Además de estas herramientas, desde África se han exportado sistemas bancarios y de pago por Internet, chats móviles y otras aplicaciones informáticas que parten de iniciativas personales.
Pero la informática se consolida también en el ámbito universitario, como lo recoge The New York Times. Graduados africanos de universidades europeas y norteamericanas de prestigio vuelven a sus países para buscar alianzas entre universidades de ambos continentes. Otros han utilizado sus conocimientos académicos para mejorar la vida de sus comunidades, lo que cuestiona el cliché de “fuga de cerebros”. Aunque Internet y los móviles por sí solos no vayan a resolver todos sus problemas, constituyen una herramienta para capitalizar nuevas ideas. También ayudarán a fomentar modelos de desarrollo que nazcan desde las comunidades locales para así desterrar algunos de los fantasmas del colonialismo.