Los siglos XIX y XX, energéticamente se desarrollaron a partir del modelo energético basado en la explotación de los combustibles fósiles. Petróleo, gas y carbón se convirtieron en la energía transformadora, capaz de llevar a la humanidad hasta la Luna. El siglo XXI, comienza con un visible agotamiento de dichas energías, y acusa consecuencias ambientales, producto de las emisiones anuales de dióxido de carbono hacia la atmósfera, que han generado fenómenos como el efecto invernadero y el calentamiento global de la Tierra.
Tecnológicamente tardamos en prepararnos, las ciencias nuevamente nos abrieron el camino y llego el momento de poder producir un cambio en el modelo energético. De ahí que las "energías renovables" se perfilan como la gran solución de este siglo, porque además de ser casi limpias, son inagotables.
Guiados de la mano por la naturaleza
Los siglos de las profundidades energéticas, están por cerrar su ciclo. Ahora aguas arriba, al alcance de nuestros ojos, de todos nuestros sentidos, aparece la solución. A continuación, se describen, los nuevos yacimientos energéticos, que estuvieron esperando por nosotros durante de miles de años.
Yacimientos energéticos de luz, como el gran Sol y las tecnologías térmicas y fotovoltaicas. Es un recurso infinito, debido a que cada año el sol arroja 4 mil veces más energía que la que consumimos, por lo que su potencial es prácticamente ilimitado. Libre de emisiones que agranden efecto de gas invernadero, propuesta tecnológica para detener el cambio del calentamiento global. La intensidad de energía disponible en un punto determinado de la tierra depende, del día del año, de la hora y de la latitud. Además, la cantidad de energía que puede recogerse depende de la orientación del dispositivo receptor. Actualmente es una de las energías renovables más desarrolladas y usadas en todo el mundo.
Yacimientos energéticos de los vientos. La cual pudimos perfeccionar a través de la tecnología eólica. Este tipo de energía no produce ninguna emisión y no se agota en un cierto plazo. Una sola turbina de viento de un megavatio (1 MW) que funciona durante un año puede reemplazar la emisión de más de 1.500 toneladas de dióxido de carbono, 6.5 toneladas de dióxido de sulfuro, 3.2 toneladas de óxidos del nitrógeno, y 60 libras de mercurio. Igual es una tecnología modular y escalable: las aplicaciones eólicas pueden tomar muchas formas, incluyendo grandes granjas de viento, generación distribuida, y sistemas para uso final. Las aplicaciones pueden utilizar estratégicamente los recursos del viento para ayudar a reducir los riesgos por el aumento en la carga o consumo y costos producidos por cortes. Así mismo, reduce visiblemente la dependencia a los combustibles convencionales.
También, los vientos que producen olas que generan energía. Ya se ha desarrollado tecnologías para el uso del poder de las olas, la cual usa la energía cinética de las olas del mar para generar electricidad. La mayoría de los productores de la energía de olas son laboratorios privados y empresas emergentes, pero la carrera para poner a disposición del mercado este tipo de alternativa ha comenzado.
Yacimientos energéticos de Luna. Con la tecnología mareomotriz, las mareas lunares nos ayudan a producir energìa. El principio de utilización de la energía maremotriz es el mismo desde tiempos antiguos: donde se construían embalses que permitían que el agua se almacenara y cuando subía la marea, se represaba para que no pudiera regresar al mar, cuando la marea bajaba, el agua almacenada era liberada y se movían las paletas que se usaban para molinos, etc. Hoy en día, con una solidad tecnología, esa agua represada pasa por varios conductos que contienen una hélice que al moverse genera energía eléctrica conforme dictan las leyes que Michael Faraday formuló hace más de 150 años.
Yacimientos energéticos de las aguas. La energía hidráulica es obtenida del agua en movimiento. Donde la fuerza del agua se transforma en energía mecánica al mover las aspas de una turbina en una central hidroeléctrica, donde se transforma en energía eléctrica. Siendo las presas hidráulicas, el sistema diseñado, en conjunto con las centrales hidroeléctricas para la producción de energía, que normalmente están situadas en los embalses. La energía hidráulica es renovable, no contaminante y gran productor de energía.
Yacimientos de vapores volcánicos. Llamada energía geotérmica, usa agua caliente que emana de lo profundo de la corteza de la tierra para hacer girar las turbinas y producir electricidad. Produce unas pocas emisiones de carbono y puede reinyectar el agua usada de nuevo en la tierra para ser reutilizados, haciéndolos plenamente sostenible. Solo es aplicable, en las regiones donde hay actividad volcánica, o donde dos placas tectónicas se encuentran. Por esta razón, lugares como Indonesia y Filipinas, que están situados en el Pacífico “anillo de fuego”, o California, con sus múltiples líneas de fractura y aguas termales, son fuertes mercados para este tipo de energía.
Y yacimientos energéticos a partir de vegetales. Como ejemplo de ello, la fabricación del Etanol, que es un biocombustible que puede ser mezclado con gasolina; está hecho de azúcar fermentada, y el maíz es su aporte primario. Actualmente, existen vehículos que pueden correr con una mezcla del 90% de gasolina y un 10% de etanol, aun cuando no hay casi suficiente etanol a base de maíz producido en el momento para encontrarse con esta capacidad. Hay, también, carros que pueden correr con un 85% de etanol e incluso con etanol puro, pero estos vehículos son de fabricaciones limitadas aun.
Iniciamos así, el siglo “verde y azul”, renovando nuestro modelo energético, para desintoxicar los pulmones y piel del Planeta Tierra.