Cuando cometemos un error lleva implícito una condición de distracción e ignorancia, nadie en su sano juicio cometería un error voluntariamente, sino que a veces es difícil ver de manera integral los retos a los que nos enfrentamos día a día. Cuando advertimos que podemos subsanar este error, pues contamos con las herramientas necesarias para hacerlo, pero preferimos ignorar la situación y no resolverlo, podríamos hablar de cinismo, pues estaríamos dejando de lado nuestro deber al tener el conocimiento y la experiencia necesarios para su resolución.
Esta situación se potencializa si nuestra responsabilidad no sólo responde a una condición de ética profesional o moral, sino que nos fue designada por la voluntad popular; por nuestra patria en voz de sus instituciones, o sea que se convierte más que en una responsabilidad en una obligación.
A diferencia de lo que se dice popularmente, los políticos y funcionarios públicos latinoamericanos de alto nivel, no son para nada ignaros, han estudiado en las mejores universidades tanto de nuestras naciones como del extranjero, la mayoría han sobresalido de sus generaciones por sus cualidades para relacionarse y posicionarse en la esfera política.
En breve, podemos decir que los centros educativos que mayor cantidad de servidores públicos de alto nivel aportan a Latinoamérica son Harvard, la Universidad de Chicago, Yale, la Universidad de Pensilvania, esto por nombrar a algunos.
Entonces, si nuestros políticos son gente preparada, hombres y mujeres estudiados, instruidos en las mejores escuelas ¿por qué nuestra región no avanza? Una respuesta simple nos diría que es culpa de los latinoamericanos, haría alusión de aquella máxima “todo pueblo tiene el gobierno que se merece”, sin embargo creemos que como todo conocimiento esta frase tiene ciertos niveles de falsación.
Echemos mano de un ejemplo internacional: El proceso de desarrollo económico de la República de la India. Este es un país de grandes dimensiones, mucho más heterogéneo que Latinoamérica y con mayores problemas de diferencias étnicas y de castas. Sin embargo su gobierno ha logrado ciertos consensos en materia económica, donde el Primer Ministro Manmohan Singh, quien terminó sus estudios en la Universidad de Oxford, ha logrado desde hace 2 décadas impulsar el crecimiento económico con una estrategia innovadora: transitar de una economía que tenía como base fundamental al sector primario a una sostenida por el sector terciario, en especifico ha conseguido estimular las actividades económicas desde los servicios profesionales como la producción de software, que requieren no sólo de inversión, sino de una capacitación y especialización de la población, una reforma que fue acompañada por un fuerte apoyo a la educación y a la evaluación de la misma. Los montos de inversión para emprender estas acciones fueron sumamente altos, pero los resultados pueden observarse a simple vista, India cuenta con uno de los cluster de servicios más importantes del planeta, por algo se dice que es la oficina del mundo.
Muchos de nuestros servidores públicos de alto rango estudiaron en las mismas universidades que líderes emprendedores como Singh. Entonces por qué si tenemos políticos preparados, personal altamente capacitado para gobernar, nuestra región no avanza; la desigualdad sigue siendo una condición permanente, la pobreza no disminuye, la corrupción va a la alza, la inseguridad nos aterra, las brechas entre ricos y pobres se amplían, el estado de derecho se vuelve un proceso y no una situación alcanzada, la justicia es parcial, la población desconfía de las instituciones, etc. y eso hablando en términos de variables cualitativas del estado, que si nos vamos a los números la realidad se complica más.
¿Cuál es el problema entonces? Estamos casi seguros de que nuestros políticos conocen la situación de nuestros, quizá no de manera vivencial, pero lo saben por lo menos por los números. O será que son muy distraídos, ignorantes e inocentes para ver lo que pasa en la región, o quizá su liderazgo, al ser heredado y no ganado no les alcanza para emprender sus planes de desarrollo, o son unos cínicos, que prefieren vivir del estado en vez de tratar de resolver los problemas de fondo de Latinoamérica. Usted estimado lector tiene la última palabra…