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actualizado 17 de nov. 2011
¿Es inminente una guerra entre Israel e Irán?
Es evidente que el presidente Barack Obama no pretende encaminarse hacia una nueva guerra
Por Maximiliano Sbarbi Osuna
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Luego del informe contra Irán por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica, Estados Unidos amenaza con utilizar la guerra como última opción, mientras que los líderes israelíes amenazaron con lanzarla unilateralmente. ¿Es este anuncio una forma de presionar al Consejo de Seguridad para votar nuevas sanciones contra Teherán? ¿Está preparado Israel para lanzar un ataque unilateral y defenderse de sus consecuencias? ¿Cuál es la postura de Obama, Rusia y China?

Como nunca antes están sonando, en Israel, los tambores de guerra contra Irán. La amenaza directa de una acción unilateral por parte del gobierno israelí quizás responda a una presión contra el Consejo de Seguridad para que adopte la quinta ronda de sanciones o tal vez en esta oportunidad el ataque se concrete.

Es difícil recordar una situación anterior en la que el poder político deba ser contenido por el militar y los servicios secretos, quienes anunciaron que sería una locura un ataque contra el país persa.

El primer ministro Benjamín Netanyahu, el ministro de Defensa Ehud Barak y el extremista y ultraconservador ministro de Exteriores Avigdor Lieberman, instaron a los jefes de las Fuerzas Armadas, del servicio de inteligencia Mossad, del de seguridad Shin Bet, y al jefe de la Comisión de Energía Atómica de Israel a apoyar un ataque contra las instalaciones nucleares Iraníes.

La Posición de Occidente

Es evidente que el presidente Barack Obama no pretende encaminarse hacia una nueva guerra, que le quitaría, para su reelección en 2012, él crédito de su base electoral y además la de muchos indecisos que ven con preocupación la crisis laboral, financiera y mundial, y rechazan involucrarse en costosas guerras.

Por eso la premura del Departamento de Estado, que intentará consensuar con otros miembros del Consejo de Seguridad de la ONU para volver a sancionar a Irán en lugar de que Israel concrete su anunciado ataque.

Desde este punto de vista, pareciera contradictoria la postura de Susan Rice, embajadora de Estados Unidos en la ONU, que anunció que si no se detiene ahora a Irán por las buenas, habrá que hacerlo dentro de poco por las malas.

A esto se suma la postura de Gran Bretaña que también mencionó la posibilidad del ataque armado.

Pero estas declaraciones públicas podrían ser similares a las de Israel, es decir, que consistirían en amenazar con una guerra para persuadir a Rusia y China para que voten nuevas sanciones contra Irán. Lo mismo que quizás esté haciendo Israel con Estados Unidos.

La negativa de Moscú y Pekín de sancionar a Siria por la masacre de tres mil personas en las revueltas populares puede volver a repetirse en el caso de iraní. Sin embargo, Rusia y China podrían adoptar sanciones como hicieron por ejemplo el año pasado, pero ninguna que perjudique a sus intereses energéticos con Irán.

Teherán es el tercer proveedor de petróleo de Pekín, después de Arabia Saudita y Angola. China importa 650.000 barriles de petróleo diarios de Irán, lo que constituye un 50% más que en 2010.

¿Ataque ya planeado?

Israel tiene antecedentes de haber lanzado bombardeos quirúrgicos sobre instalaciones nucleares militares en Irak en 1981 y en Siria en 2007. La reacción de ambos países fue el hermetismo absoluto. No hubo una respuesta armada, quizás porque Estados Unidos apoyó esas operaciones o tal vez porque Washington no cuenta con la capacidad para detener a Israel en ese tipo de acciones.

Por oro lado, el ex jefe del Mossad, Meir Dagan, que fue expulsado del cuerpo en enero pasado, es un ferviente opositor de la idea de bombardear a Irán. El director exonerado afirma que un ataque aceleraría los planes de construcción de una bomba nuclear por parte de Irán.

Dagan fue uno de los propulsores del virus informático Stuxnet, que detuvo el programa nuclear de Irán durante largos meses.

Pero las consecuencias pueden ser impredecibles, tanto para Israel como para Occidente. Irán podría bloquear el estrecho de Ormuz por el que transita casi la totalidad del petróleo de los países del Golfo Pérsico hacia el mundo, pero la posibilidad de que Teherán utilice su influencia en las guerrillas de Medio oriente sería su estrategia más adecuada.

Irán también cuenta con el poder de influir política y económicamente en el Hezbollah libanés, el Hamás palestino y puede desestabilizar a Irak a través de sus milicias chiitas y a Afganistán mediante los grupos insurgentes, precisamente en el momento en que Estados Unidos busca disminuir su presencia en ambos países invadidos.

Si las afirmaciones de Dagan son ciertas, el ataque unilateral a Irán por parte de Israel ya estaba planeado por lo menos desde el año pasado, ya que su expulsión se debe a su oposición a tal plan, según denunció.

El ex jefe del Mossad afirma que Teherán no tiene la capacidad de fabricar la bomba atómica y sostiene que, antes de crearla, el régimen de los ayatolas caerá por las desgastantes luchas internas entre el líder supremo Alí Jamenei y el presidente Mahmud Ahmadinejad, y por la situación social que exige una mayor participación política y una mejor calidad de vida.

¿Se va a producir una guerra?

El año pasado Arabia Saudita cedió un corredor a la aviación israelí para que ataque Irán. La aparente discrepancia entre los líderes políticos israelíes y las Fuerzas Armadas y el Mossad parece indicar que Israel bombardeará las instalaciones nucleares, pero tal ve sea una presión al Consejo de Seguridad para que adopte nuevas medidas restrictivas contra Teherán.

Pero, si el ataque ya está decidido, el momento propicio para lanzarlo no es ahora, dado que Israel debería hacerlo en solitario y sin el apoyo de Estados Unidos. El momento indicado sería a partir de noviembre de 2012, pasadas las elecciones en Estados Unidos.

Un dato que no debe ser descartado es que las sugerencias de Estados Unidos no son tomadas en cuenta por Israel. Pero, a pesar de eso, Washington continúa apoyando incondicionalmente a su mayor aliado en la región.

Obama le ha solicitado en varias ocasiones a Netanyahu que detenga los asentamientos ilegales en Cisjordania. Nada de eso ha sucedido. Por eso, es posible que los ruegos de Obama no surtan efecto entre los halcones israelíes.

Asimismo, es probable que Israel busque disuadir, dado que no se puede comparar la potencia de Irán con la de Irak en guerra en 1981 y la de una Siria en retirada del Líbano en 2007.

Lo que es seguro que las provocaciones constantes de guerra van a llevar inevitablemente a que Irán fabrique el arma atómica, ya que Corea del Norte evitó ataques en su territorio a causa de la disuasión de su ostensible programa nuclear.

O bien, que las fuerzas proiraníes de la región se vuelvan más alertas, busquen aumentar su caudal de armas y ante cualquier indicio de ataque, se vuelvan más agresivas contra Israel.

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