Un troll o trol es un vocablo de Internet que describe a una persona que sólo busca provocar intencionadamente a los usuarios o lectores, creando controversias y provocar reacciones predecibles, especialmente por parte de usuarios asiduos, con fines diversos, desde el simple divertimento hasta interrumpir o desviar los temas de las discusiones, o bien provocar flamewars, enfadando a sus participantes y enfrentándolos entre sí. El troll puede ser más o menos sofisticado, desde mensajes groseros, ofensivos o fuera de tema, sutiles provocaciones o mentiras difíciles de detectar, con la intención en cualquier caso de confundir o provocar la reacción de los demás. Actualmente también se usa este término para cualquier tipo de travesura. Aunque originalmente el término sólo se refería a la práctica en sí y no a la persona, un desplazamiento metonímico posterior ha hecho que también se aplique a las personas que presuntamente incurren en ese tipo de prácticas.
Fernando Balda ha destapado una gigantesca olla de grillos en su articulo titulado “La Guerra de los Troles”, donde magistralmente describe lo que todos ya sospechábamos en las redes, pero nadie con pruebas se había atrevido a describir con detalles tan abundantes. Balda narra en su escrito, como a través de cuentas creadas por un mismo usuario, o un mismo equipo de usuarios, personas particulares y medios de comunicación, hemos sido salvajemente calumniados por personeros supuestamente pagados con fondos públicos, por formar parte de la nomina de un importante ministerio del estado. Algunas de las cuentas de Twitter con las siguientes: @caroparedes1988, @alexverdezoto, @maurorecal1986, @cesar_05_pardo, @fercarvajal25, @estebolanos, @pedro_yanez, @Mariana_yepez, @marajoseb.
También describe como los troles usaban cuentas o nombres falsos para calumniar articulistas o noticias que fueran contrarias a la Revolución Ciudadana del presidente Rafael Correa. Usar los recursos del estado y oficinas publicas fácilmente detectables a través de las direcciones IP de estas cuentas, que fueron confiscadas por el propio Balda, al conseguir las contraseñas de cada una de ellas, constituye un acto de agresión brutal al ejercicio constitucional de poder comunicarse libremente con otras personas por cualquier medio licito.
En tiempos donde el Presidente ecuatoriano Rafael Correa se encuentra demandando por supuesto daño moral a diario El Universo por 40 millones de dólares, y a los autores del libro El Gran Hermano por 2 millones de dólares, resulta sumamente cuestionable esta practica ilegal e inmoral, de usar los recursos y ministerios del estado para vejar, calumniar, atropellar, difamar, enlodar, torpedear, o sobre todo intimidar a ciudadanos cuyo único pecado es pensar diferente a la tesis presentada por los señores de turno.
Esperamos una reacción seria de parte de los organismos estatales competentes, como el Procurador General del Estado y el Fiscal General, quienes deberían abrir sendas investigaciones para determinar el uso indebido de fondos públicos en esta practica corrupta, cobarde y mañosa.
Por ultimo, mi mas sincera felicitación a Fernando Balda a quien no tengo el honor de conocer mas que por sus acertados comentarios en su cuenta de Twitter @fernandobalda a quien invito a todos a seguir por la calidad y veracidad de sus comentarios.
