James Holmes, el presunto autor de la masacre de Aurora, Colorado, aparentemente se hizo de su arsenal con bastante facilidad. Algunas de las armas que poseía eran ilegales hace tan solo ocho años. Un proyecto de ley que está siendo estudiado por el Congreso podría volver a convertir en ilegales no las armas en sí, pero al menos a los cargadores de gran capacidad que permiten disparar balas rápidamente sin tener que detenerse a recargar el arma. Al parecer, Holmes adquirió la mayor parte de su armamento en los últimos meses. Es posible que, si hubiera leyes de control de armas razonables, que incluyeran la prohibición de cargadores de gran capacidad, muchas de las víctimas de Aurora que ahora están muertas o padecen heridas de gravedad estarían sanas y salvas.
Los hechos del ataque son de público conocimiento. Holmes aparentemente irrumpió en la sala repleta de gente durante el estreno de la película de Batman “El caballero de la noche asciende” y lanzó una o dos latas de una especie de gas o sustancia irritante, que explotaron. A continuación comenzó a disparar metódicamente contra el público: mató a 12 personas e hirió a otras 58.
“La película había comenzado hacía aproximadamente quince minutos cuando escuchamos que alguien abrió la puerta de una patada. Aparentemente la abrieron por la fuerza, pero la patearon y alguien ingresó a la sala y lanzó una bomba de humo al público. Pensamos que era una broma. Yo pensé que era una bomba de olor, algo un poco infantil, pero cuando la lata explotó todos comenzaron a gritar y fue en ese momento que el atacante abrió fuego contra la multitud y reinó el caos”, me dijo Omar Esparza, que estaba en la tercera fila del cine junto a cinco amigos en una celebración de cumpleaños. “Comenzó a abrir fuego contra el público y a disparar en cualquier dirección. Fue en ese momento que todo el mundo comenzó a gritar y a entrar en pánico. Ya mucha gente había recibido impactos de bala en ese tiroteo inicial y fue en ese momento que todos se fueron al suelo y comenzaron a salir. En un momento dejamos de escuchar el ruido de los disparos y parecía que estaba cambiando de arma o recargando su rifle. En ese preciso instante de silencio nos dimos cuenta de que era nuestra única oportunidad de salir si no queríamos morir. En ese segundo tuvimos que reaccionar y salir lo más pronto posible. Nos salvamos por muy poco, porque aproximadamente un segundo después de que salimos escuchamos que comenzó a disparar nuevamente”.
El momento de silencio se debió a que una de las armas se trancó. CNN informó que “según afirmó el domingo una fuente policial que tiene conocimiento directo de la investigación, el rifle semiautomático utilizado en la matanza del cine de Colorado se trancó en medio del tiroteo”.
Holmes supuestamente tenía un fusil AR-15, equipado con un cargador de tambor con capacidad para 100 cartuchos, además de dos pistolas Glock con cargadores con capacidad ampliada para 40 cartuchos y una escopeta Remington 870 que puede disparar hasta siete cartuchos sin necesidad de recargar. El fusil AR-15 puede disparar de 50 a 60 cartuchos por minuto. Holmes tenía un arsenal enorme, que adquirió fácilmente en tiendas minoristas y en Internet.
Carolyn McCarthy es congresista de Long Island, Nueva York. Su esposo recibió un disparo en la cabeza durante la masacre del ferrocarril de Long Island en 1993 y fue una de las seis víctimas mortales. Su hijo también recibió un disparo en la cabeza, pero sobrevivió y quedó paralítico. McCarthy era enfermera en aquel entonces, pero cuando el congresista que la representaba votó en contra de la prohibición de las armas de asalto se presentó como su rival en las elecciones, fue electa al Congreso y desde entonces es congresista.
McCarthy presentó el proyecto de ley H.R. 308 sobre artefactos de alimentación de municiones de gran capacidad, que prohibiría la venta o traspaso de estos cargadores de gran capacidad que posibilitaron la gran cantidad de muertes en Aurora y en Tucson, Arizona en enero de 2011 cuando la congresista Gabrielle Giffords recibió un disparo y seis personas murieron. La congresista McCarthy me dijo: “El problema es que los políticos y los legisladores de todo el país se sienten intimidados por la Asociación Nacional del Rifle y por los fabricantes de armas, que aportan tanto dinero a las campañas que pueden decir ‘si toman medidas en contra de nosotros les haremos perder las elecciones’. El sentido común diría que estamos en condiciones de aprobar una legislación razonable sobre armas y seguridad e intentar salvar vidas. Esa es la conclusión principal”.
Un grupo que promueve la prohibición de armas con cartuchos de gran capacidad es la Campaña Brady para prevenir la violencia con armas, llamada así en honor a Jim Brady, el secretario de prensa que quedó discapacitado tras recibir un disparo en la cabeza en el intento de asesinato del presidente Ronald Reagan en 1981. Hablé con Colin Goddard, que trabaja para dicha organización. Goddard sobrevivió a la masacre de Virginia Tech, donde 32 personas fueron asesinadas y donde recibió cuatro disparos. Le pregunté acerca de algo que actualmente se dice muy a menudo en la televisión acerca de que es demasiado político hablar del control de armas antes de que las víctimas hayan sido enterradas.
Goddard me respondió: “Ya hace mucho tiempo que deberíamos estar hablando de soluciones. Este debate tendría que haber tenido lugar antes de que sucediera esta masacre. Es increíble cuando escuchas a la gente decir que quieren que pase el tiempo. Esto sucede cuando la gente está indignada. Es en este momento que la gente se da cuenta de que esto podría pasarle a ellos. No podemos esperar. No podemos tener este debate dentro de varios meses cuando suceda la próxima masacre. Si no cambiamos las cosas no podemos esperar que las cosas sean diferentes en el futuro. Ahora es el momento de hacer un cambio. Podemos hacerlo”.