“Argentina desconoce la soberanía británica sobre las Malvinas, a las que considera “parte integral e indivisible de su territorio que se halla ocupado ilegalmente por una potencia invasora”. Desde la reforma de 1994, su Constitución ratifica, en la primera de sus Disposiciones Transitorias, su reclamo y recuperación”.
Las islas Malvinas fueron avistadas por primera vez en el año 1520, por la expedición de Fernando de Magallanes, al buscar un pasaje hacia el Océano Pacífico. Constituyen un archipiélago ubicado en el Océano Atlántico Sur, en la Plataforma Continental de Argentina, a 464 km. al este del Continente, su punto más próximo es a 341 km. al noreste de la isla de los Estados; la distancia del Reino Unido, es más de 12,000 km.
El conflicto por su soberanía, data de 1833. Para la ONU, la soberanía de las islas y sus espacios marítimos circundantes, sigue en litigio hasta que Argentina y el Reino Unido diriman la disputa por esos territorios que lleva 179 años, incluyendo la guerra en 1982, de las más asimétricas que hayan acaecido en el Continente. Hoy, los fuertes intereses del nuevo imperio británico y la explotación de recursos en la zona, reavivan las tensiones por las Malvinas.
Argentina desconoce la soberanía británica sobre las Malvinas, a las que considera “parte integral e indivisible de su territorio que se halla ocupado ilegalmente por una potencia invasora”. Desde la reforma de 1994, su Constitución ratifica, en la primera de sus Disposiciones Transitorias, su reclamo y recuperación como “objetivo permanente e irrenunciable del Pueblo Argentino”.
La Presidenta, Cristina Fernández, protestó por la militarización del Atlántico Sur, por parte del Reino Unido y la decisión de Londres de enviar un moderno destroyer a las Islas. Tal reclamo fue avalado por la sociedad argentina, transformándose en una causa latinoamericana.
Héctor Timerman, canciller argentino, el 10 de febrero de 2012 materializó la denuncia contra el Reino Unido, por la militarización, en una reunión con el secretario general de la ONU en Nueva York. En 1993, el British Geological Survey, anunció la presencia de petróleo en 200 millas alrededor de las islas, los primeros sondeos indican substanciales reservas, con capacidad de producir 500,000 barriles por día.
El asunto de fondo en este conflicto, es la soberanía, recursos naturales y el derecho a la autodeterminación, uno de los ejes principales de las relaciones interamericanas, planteado en la Conferencia Panamericana en 1889, sostenido por las doctrinas Calvo y Drago, discutido en reuniones de la Unión Panamericana en las décadas de 1920 y 1930 y consagrado en la Carta de la OEA.
La posición geoestratégica de la región, adquiere cada vez mayor relevancia en virtud de las reservas de combustibles, minerales, agua y biodiversidad (recursos vitales para mantener niveles de producción y consumo en los países más poderosos). Organismos de integración latinoamericanos, enarbolan la bandera de la autodeterminación de los pueblos de América Latina.
Empero, el Reino Unido se niega a cumplir la resolución de controversias por medios pacíficos, recomendados por la ONU y la OEA. Samuel Guimaraes, ex canciller de Brasil, sostiene que este punto es clave, como lo expresa en su obra Cinco siglos de periferia (2004), los países centrales, elaboraron las reglas pero se dan el lujo de incumplirlas.
Uno de los últimos acuerdos Argentina-Reino Unido fue en 1999, celebrado entre los cancilleres Di Tella y Rifkind. Se requirió: que todo buque que transitara el territorio continental argentino y las islas o atravesara aguas jurisdiccionales, contara con previa autorización; e incluyó medidas que permitiesen la sanción a empresas que exploraran o explotaran recursos hidrocarbúricos sin permiso argentino.
David Cameron, primer ministro inglés, acusó a Argentina, de tener una actitud colonialista (realmente hilarante si leemos la historia expansionista británica a escala mundial). Según CNN, un submarino nuclear se dirigió a las Malvinas. Las zonas de pesca a su alrededor representan un lucrativo negocio y desarrolla una industria petrolífera cada vez mayor.
Desde 2010, Reino Unido ejecuta exploraciones y perforaciones en el Atlántico sur y en el archipiélago austral. Las empresas involucradas incluyen capitales europeos (Rockhopper), pero también estadounidenses (Anadarko Petroleum). Más allá de la intransigencia del imperialismo británico para negociar por vías pacíficas, se permite sin restricción alguna, evadir las normas del derecho internacional.
El litigio por las Malvinas, reviste gran importancia geopolítica y geoeconómica para América Latina, en el contexto de un creciente (y cada vez más violento) conflicto por el acceso a recursos naturales estratégicos por los países centrales. Permite analizar el rol protagónico que pueden tener los organismos de integración económica y política a escala regional.
* Diplomático, Jurista y Politólogo.