Malí se extiende por una vasta región en África, rica en petróleo, gas, oro, cobre, diamantes y uranio. Abastece a las plantas de energía nuclear de Francia, por las minas de uranio de Níger, quien tiene importantes intereses estratégicos y económicos en la región. Surgen dudas sobre si la intervención en Malí puede diferir de una empresa neocolonial.
Desde el 2007, se generó la crisis financiera en los Estados Unidos y la actual afecta a uno de los centros de poder global como es la Unión Europea. A consecuencia de ello, la cooperación europea se reubica en otras regiones del planeta como África, por su proximidad geopolítica y nuevos planes estratégicos alcanza mayor importancia.
Radicaliza soluciones para mantener una hegemonía global y salir de la situación de crisis financiera y energética a costa de los Estados pequeños y sus recursos naturales, ejemplo: la situación de Irak, Irán, Libia, Siria y ahora Malí.
La intervención occidental en Malí, tiene implicaciones en la política de grandes potencias y en la coordinación de Rusia con China respecto a temas regionales. Indudablemente, estas trascienden a la “Primavera Árabe” y Siria. Francia sostiene que respondió a un llamado de ayuda del gobierno maliense, lo cual es una falsa afirmación.
En marzo del 2012, Malí sufrió un golpe militar dirigido por un oficial entrenado en Estados Unidos, Amadou Haya Sanogo, quien era un modesto capitán y asiduo visitante de Estados Unidos, con al menos siete incursiones en los últimos ocho años. Seguramente Sanogo tiene poderosos padrinos extranjeros.
Desde entonces, Malí ha tenido muchos golpes y contragolpes, de parte de un ejército armado y entrenado por Estados Unidos. Su conflicto se asemeja a una guerra civil basada en agravios existentes hace tiempo y que sólo pueden ser encarados por un gobierno legítimo y estable mediante la gobernanza local, la descentralización y un programa sostenible de desarrollo económico.
China tiene intereses mayores en África, que Rusia. Supera a Estados Unidos y Europa como mayor socio comercial de África (160.000 millones de dólares) y sus empresas invirtieron 15.000 millones el año pasado.
Se interesa por los minerales de los países africanos occidentales, septentrionales y centrales y el petróleo de África occidental, también es un importador clave de productos chinos. Productos agrícolas de Benín, Burkina Faso, Chad y Malí proveen a la industria textil de China. Nigeria figura como el principal consumidor (42%).
Pekín entiende que Occidente se proyecta a una estrategia de contención en África, recuperando el control de las antiguas colonias en las que China progresa. Sus proyectos transcontinentales toman ventaja en la creación de bloques económicos regionales, aumentando la capacidad de las naciones africanas de crear espacio frente a las potencias occidentales y negociar mejor.
Francia ya había pre-posicionado en Malí elementos: Primer Regimiento Paracaidista de Infantería de Marina (conocido como la coloniale) y al Tercer Regimiento de Dragones Paracaidistas, varios helicópteros y aviones del Comando de Operaciones Especiales.
Estados Unidos y el Gobierno de Níger llegaron a un acuerdo para la instalación de una base de aviones sin tripulación (drones), para apoyar la operación militar en Malí, significando el inicio de una mayor implicación militar norteamericana en la lucha contra el terrorismo islámico en el norte de África.
Con tal acuerdo, el Pentágono iniciaría a corto plazo vuelos de observación y misiones de espionaje sobre el territorio de Malí, desplegando un indeterminado número, en principio reducido, de tropas para el desarrollo de la operación. No se descarta que, en fase posterior, los drones sirvan para atacar directamente a grupos identificados como enemigos, como ocurre en Afganistán, Pakistán y Yemen.
La presencia militar norteamericana en Níger, no es oficialmente confirmada en Washington, representa un significativo giro en la guerra contra el terrorismo concentrado en Oriente Próximo y Asia, abriendo un nuevo frente en África.
Permanecen confusos los verdaderos objetivos de Francia. Empero guarda las mejores relaciones con Arabia Saudí y Qatar e inclusive son sus aliados en Siria para apoyar a los insurgentes islamistas y salafistas.
En cuanto a sus objetivos: uno es estratégico, el control de Azawad (África Occidental), por organizaciones salafistas y el otro es geopolítico: Alemania por primera vez en la historia domina Europa y la dirige con mano dura. Francia, al exhibir su fuerza en Malí, reafirma su posición de potencia militar europea a la que hay que tener en cuenta.
*Diplomático, jurista, y politólogo.