La fronda (del francés Fronde) es como se conoce a una serie de movimientos insurreccionales ocurridos en Francia. Esta palabra evoca las hondas o tirachinas que portaban los sublevados del primer levantamiento en París.
En el Vaticano soplan vientos de fronda, los purpurados exigen que se les diga la verdad, para poder elegir un nuevo Papa. Pero, ¿cómo elegirlo desconociendo la naturaleza de los males que aquejan a la Iglesia?
Benedicto XVI dejó manifiesto que el informe sobre los escándalos del Vaticano, que encargó a tres cardenales octogenarios, sólo podría ser conocido por su sucesor. Pero, los demás cardenales expresan el deseo de conocer el informe secreto antes de elegir al sucesor. Surge la interrogante: ¿Si ellos son los consejeros más próximos al Papa por qué no pueden tener acceso a tales documentos?
El informe sobre el caso Vatileaks fue determinante en la renuncia de Joseph Ratzinger, según la prensa italiana, y refleja las luchas por el poder y el dinero que libran ciertos miembros de la curia.
Hace más de un año, el Vaticano viene siendo golpeado por una cadena de escándalos, tras la difusión de la correspondencia secreta de Benedicto XVI sobre las cartas en que se hablaba de conspiraciones para matarlo, sucios juegos de poder entre altos cargos de la curia, corrupción e incluso de conductas reñidas con el sexto mandamiento.
El otrora fiel Paolo Gabriele (Paoletto) fue declarado único culpable oficial, aunque Joseph Ratzinger encargó a tres cardenales de su confianza, Jozef Tomko, Salvatore De Giorgi y Julián Herranz, que elaboraran el famoso informe secreto con toda la verdad sobre el asunto.
La investigación de la que fue siendo informado puntualmente Benedicto XVI, no se incorporó al juicio en el que se condenó al mayordomo y a un informático amigo suyo. Tampoco se conocen los verdaderos motivos por los que fue intempestivamente expulsado Ettore Gotti Tedeschi, anterior presidente del banco del Vaticano.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, tras la primera reunión del colegio cardenalicio, se negó a especular sobre si los cardenales tendrán o no acceso al informe secreto, considerando que su lectura puede ayudarles a establecer el perfil del Papa que ahora necesita la Iglesia. Desde luego que oficialmente, no se sabrá nada de nada, pues previo a cada reunión preparatoria, los cardenales tienen la obligación de jurar ante un crucifijo y con una mano sobre la Biblia que guardarán el secreto de todo lo que allí se hable.
No es asunto sólo de elegir un buen guía para los católicos, sino también enviar al mundo una señal de materializar cambios. El Papa será el portador del mensaje, y se espera que se consagre a sanar las fisuras dejadas en la Iglesia por el reinado de Benedicto XVI, un vicario de Cristo que oxigene la Iglesia con la esperanza de los más desposeídos, encumbrándola a dar cabida a otras iglesias cristianas.
Antiguamente, el Papa decidía al lado de los cardenales las cuestiones eclesiásticas, políticas y administrativas más importantes, porque ellos eran sus consejeros, lo cual cesó con el advenimiento de las congregaciones romanas, menguando el poder del Colegio Cardenalicio.
La muerte o la dimisión de un Papa aterrorizan la vida de la Iglesia; es un vacío en el que supuestamente los cardenales asumen la responsabilidad del gobierno de la Iglesia, a lo inmediato y a futuro. En la práctica no es realmente así: unos cardenales tienen más peso, más trascendencia que otros.
Los cardenales llevan al cónclave sus propias decisiones, y supuestamente se sienten libres ante Dios y su conciencia para hacer su propia elección. No obstante, las influencias internas y externas son múltiples. Incluso el Concilio Vaticano II (1962 a 1965), abordando preocupaciones de reformadores y críticos modernos, se vio obstaculizado por la curia, órgano rector de la Iglesia, no logrando poner en práctica parte de los cambios exigidos.
Diferencias que existen acerca de la gobernanza de la Iglesia; los embrollos de la curia romana, su inmenso poder, su papel sofocador, corrupción y lucha sin cuartel que la recorre y agita. Actualmente la curia, producto del Siglo XI, sigue siendo el principal obstáculo para reformas de fondo de la Iglesia Católica; acuerdo ecuménico con las demás iglesias cristianas y religiones mundiales y actitud crítica-constructiva frente al mundo moderno.
¿Podrá la curia romana vencer la fronda de los príncipes de la iglesia?
*Diplomático, jurista, y politólogo