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actualizado 27 de marzo 2013
¿Quién ganará las presidenciales de abril de 2013 en Venezuela?
El escenario electoral para el chavismo es una coyuntura que no supone “transición”, sino continuidad
Por José Fortique
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El funeral del presidente Chávez abrió un nuevo ciclo en la política regional, con una presencia sin precedentes en la historia venezolana, números jefes de estado y delegaciones internacionales le dieron un espaldarazo a la continuidad de la paz política interna, además de reconocer los aportes en la construcción de un nuevo orden mundial por parte del líder. La “pequeña” república petrolera del sur, que bajo el liderazgo de Chávez abrió espacios a la disidencia contra el consenso de Washington (en el orden de post – guerra fría), se encuentra en una nueva etapa, que supone continuidad o retroceso en su papel regional, pero de forma muy directa en la definición interna de su balanza de poder.

El escenario electoral para el chavismo es una coyuntura que no supone “transición”, sino continuidad, la herencia de Nicolás Maduro está asociada al desarrollo del Plan de la Patria y de los 5 objetivos históricos, que se planteó el propio Chávez para el desarrollo de su período constitucional hasta el 2019. La oposición venezolana se encuentra en su peor momento, desde el desenlace del golpe de Estado de 2002 o las elecciones del 1999, dividida en el parlamento sobre de aceptación de la presidencia encargada por el TSJ a Maduro, el liderazgo de Henrique Capriles se redujo en las pasadas regionales, obteniendo una ligera ventaja sobre su contendor el actual canciller Elías Jaua en el estado Miranda, en unas elecciones con alta abstención que contrastan con la derrota presidencial sufrida en su propio Estado.

Chávez en su última proclama ordenó las fuerzas políticas aliadas y propias, evitando el vacío o la confrontación por la herencia política del líder, aunque el liderazgo no es un fenómeno de transferencia directa, el papel de Maduro fue asumido como bisagra entre los múltiples sectores que conforman la izquierda, el congreso del PCV lo proclamó como candidato presidencial, limando cualquiera aspereza que se hubiese generado en las pasadas elecciones regionales, el resto de los aliados asumió una posición similar al inscribirlo con sus tarjetas a las elecciones presidenciales.

El discurso de Capriles ante una conmoción como la muerte de Chávez, recurre a algunas claves: aislar la presencia de Chávez para evitar competir con él presidente que lo derrotó, radicalizar los argumentos de fraude contra las instituciones del estado para captar y movilizar los sectores más conservadores y el diseño de una plan B cuyo desenlace parece no estar asociado al desarrollo electoral, hay que recordar que su campaña electoral presidencial de 2012 duró más de 1 año, lo que genera un desgaste importante en sus propias filas con las derrotas acumuladas y las fricciones internas que buscan desplazarlo.

Al menos tres encuestadoras importantes han dado proyecciones numerológicas, algunas como DATANALISIS utilizada por la propia oposición habla de unos 14,4% de diferencia, la empresa Hinterlaces da una brecha de 18% e IVAD da números por el orden del 22% de diferencia. Las encuestas no marcan la diferencia electoral y en algunos casos pueden ser claramente manipulables, pero la experiencia de las elecciones venezolanas ha demostrado que salvo algunas empresas desconocidas, los márgenes porcentuales entre la izquierda y la oposición son tan altos, que llevan a una fotografía inevitable con los instrumentos de medición donde la victoria se inclina por el chavismo en forma contundente.

Nicolás Maduro tiene en sus manos la responsabilidad de que el hashtag #CháveztelojuromivotoespaMaduro, se convierta en una continuidad del dialogo con los sectores más desposeídos de la sociedad venezolana, sin dudas que su papel no es sustituir a Chávez, sino mantener la dirección política del proceso bolivariano en forma colectiva, construyendo sus propias características naturales de liderazgo bajo la presencia activa de la herencia del presidente Chávez. La agenda de Maduro debe incluir los temas estructurales y evitar la trampa de lo inmediato propuesta por la derecha, impulsado que en su período presidencial se supere la lógica reformista de los sectores conservadores y, se imponga el desarrollo pleno de las formas alternativas de democracia directa.

@josefortique

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