Este curso hay matriculados en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) casi 10.000 estudiantes extranjeros de los 83.643 estudiantes matriculados. Esta cifra está por encima de la media en universidades españolas, situada en el 3,2%, y a la altura de países como Francia o Alemania.
América Latina continúa como el lugar que más estudiantes envían a nuestras aulas, con alrededor de 3.700, muy por delante del continente europeo que, en su conjunto, está representado por poco más de 2.200 alumnos. Asia ha incrementado su presencia hasta los 1.466 matriculados, y África se mantiene en cifras similares al curso anterior, superando los 350 estudiantes. Más limitada es la representación de nacidos en América del Norte, 104, y anecdótica la de procedentes de Oceanía, 5, todas ellas mujeres.
Más allá de este somero vistazo a la estadística, que permite hacerse una fotografía general de una universidad cada vez más multicultural, nos acercamos a hablar con los protagonistas.
Sentadas en un banco del vestíbulo de la Facultad de Derecho encontramos a Camila, de Chile; Carol, de República Dominicana; Erika y Mabel, de Ecuador, y Majori, de Perú. Llevan varios años en España, hasta diez en los casos de Camila y Carol. No obstante, afirman no haber perdido el contacto con sus respectivos países, incluso lo suficiente para permitirse afirmar que en la mayor parte de América Latina el haber cursado estudios universitarios en España es más valorado que haberlo hecho en Estados Unidos. “Es más, en carreras como Derecho, la Universidad Complutense allí está considerada como la mejor”, afirma la ecuatoriana Mabel. Para Erika, el nivel de los estudios universitarios españoles es alto, de los mejores, pero no así la exigencia, que, a su juicio es baja.
A pocos metros de Derecho, en la Facultad de Filología estudian Hoyam M’harek y Hosnia El Hannach, nacidas en Marruecos. Hoyam llegó a España hace ya once años, Hosnia hace apenas tres. Las dos cursan el grado en Estudios Semíticos e Islámicos. No consideran que la universidad española sea especialmente atractiva para los estudiantes de su país. Creen que las francesas tienen mayor prestigio, y que la crisis económica ha agravado aún más esta situación. No obstante, ambas dicen sentirse a gusto entre sus compañeros. Mientras terminan la carrera, se han embarcado en la creación de la Asociación de Estudiantes Musulmanes de la UCM. Por el momento y pese a que aún no han comenzado a organizar actividades –la idea es promover charlas interculturales, acciones de voluntariado o viajes culturales– ya cuenta con 140 asociados. La mayoría son musulmanes extranjeros, “aunque también hay españoles conversos e incluso alguno que no lo es. Estamos abiertos a todos”, concluyen.
Quienes también acaban de crear una asociación son un grupo de estudiantes chinos de la Facultad de Comercio. Antes de hablar de la asociación, Wenlong Fan, Yingnan Zhai, Ling Lan Zhang, Qui Yinlong y Wenyang Zhu, cinco estudiantes chinos, cuentan que cada vez es más común entre los jóvenes de su país con ciertas posibilidades económicas cursar estudios universitarios en el extranjero. España poco a poco se está convirtiendo en uno de los destinos favoritos de los jóvenes chinos, según indican. Las principales razones son el alto nivel de la formación universitaria, el bajo precio de los estudios en comparación con otros países como Reino Unido o Estados Unidos. La oportunidad de aprender español se valora cada vez más en su país.
El principal problema que encuentran los alumnos procedentes de China cuando llegan a la universidad española es su bajo nivel de español. Sobre todo el primer año, encuentran grandes dificultades para superar las asignaturas más teóricas. Casi todos se matriculan en cursos de español y poco a poco consiguen mejorar su conocimiento de nuestro idioma. También es cierto que bastantes de ellos tienen en perspectiva ir a países de Latinoamérica. La creación de la Asociación de Estudiantes Chinos de la UCM responde en parte a esa necesidad de buscar “recursos” para manejarse mejor en la universidad. Sobre todo, a su intención de relacionarse más con los alumnos españoles. La mayor parte de los chinos que van a estudiar al extranjero tienen la idea de volver a su país, donde los títulos universitarios españoles son muy valorados, según señalan. En una economía en expansión, eso significa un puesto de trabajo seguro.