Podía ser, pero hay quien se esfuerza en conseguir que no haya niños- toda una vida para hacer méritos- o viejos-menos esperanza para merecer (hay que darse más prisa) ante la inminencia de rendir cuentas.
Siempre, al menos desde las predicciones maltusianas, se ha considerando a la infancia como algo contrario a la supervivencia en el planeta. Este planeta azul tan maltratado.
Pero leo y me froto los ojos. Estoy leyendo que el británico David Attenborougt, que admira la Naturaleza, la belleza del medio ambiente, la biología- hasta aquí estamos de acuerdo—resulta que no ve con buenos ojos la proyección de la especie humana. En declaraciones a Radio Times habla de” una plaga sobre la Tierra”, refiriéndose al hombre y la necesidad de controlar el crecimiento para sobrevivir. ¿Quién?, naturalmente el señor Attenborougt y algunos excelsos habitantes del Planeta. Hace suyas las alarmas sobre la explosión demográfica y no se fía ni se refiere a la superación de las fechas apocalípticas que se prepararon con tanta alarma. Ni cae en la cuenta-este anciano- así me lo imagino yo, que China e India ya son economías emergentes y no son aplastadas por su excesiva población. Eso sí, resulta que “esquilman” al medio ambiente.
Esta gente, neo maltusianos,¿ se consideran parte integrante de la plaga humana de que hablan? Lo que si ven es el problema de África,” pues seguimos desarrollando programas sobre el hambre en Etiopía”. No pueden mantenerse y no es inhumano decirlo en voz alta.
Resulta que no es inhumano decir que nacen muchos niños en África, pues tampoco lo será decir que en Europa siguen viviendo demasiados viejos.
Niños o viejos, ¿decidimos? Pues todos me encantan, la sonrisa y la curiosidad del niño. Y la sabiduría del viejo.