Y detrás de la sentencia, viene la amenaza: “Por las buenas, o por otro tipo de presión que vamos a ejercer.” Como por ejemplo una temporadita en las odiosas ergástulas que maneja la Comisionada Zavala, conviviendo con las ratas, defecando a lo japonés y en un especio tan reducido que apenas el prisionero se puede mover. Defecar en un agujero en el suelo y buscar como asearse después de la función natural, es una verdadera pesadilla, la cual termina con un pobre chorrito de agua que sale de una tubería sin llave. Todo esto es un ambiente de tinieblas.
Entonces surge la bendición arzobispal: “Creo que aquí no hay vuelta de hoja, que ese dinero tiene que regresarse a las hermanas sea como sea.” Monseñor, Leopoldo José Brenes y Solórzano. Arzobispo de Managua.
Amenaza y bendición en un solo cuerpo de represión eclesiástica, en defensa de las “monjitas” teresianas estafadas por la impiedad de los acusados.
Hay un mar de conclusiones que se pueden sacar después de estas joyas de declaraciones, pero la más importante es que quizás por primera vez se ha plasmado tan claramente las diferentes clases de ciudadanos. Por un lado los protegidos, que para no hacer tan larga la lista, solo vamos a mencionar dos ámbitos: el político y el eclesiástico. Diputados y monjas vacunados con la inmunidad contra cualquier atropello. Si sos diputado o monja, hay que hacer justicia sea como sea, según las palabras del Arzobispo de Managua y por las buenas o por cualquier otro tipo de presión, según lo dicho por Sor Aminta, madre Provincial de la orden de los celestes.
Al resto de mortales, que consigan justicia a como puedan. Como por ejemplo los jóvenes que apoyaron a los viejitos, despojados de sus carros, celulares, laptops y billeteras por las huestes de Dña. Rosario, a vista y paciencia de la policía nacional, la cual no movió un dedo en defensa de los que estaban siendo maltratados, incluidos los viejitos, figuras comparativas de sus abuelos.
Quisiéramos escuchar a Sor Aminta decir, se devuelven si o si, por las buenas o por cualquier otro tipo de presión. O escuchar a Monseñor Leopoldo Brenes y Solórzano, Arzobispo de Managua, Creo que no hay vuelta de hoja, se tienen que regresar las pertenencias de los jóvenes robados.
Pero no, no hay declaraciones ni de la Sor, ni de Monseñor. A los que no somos curas, ni monjas, que se los lleve el carajo o que vayan a clamar justicia a… ¿A dónde? No hay justicia para el simple mortal. Que clame la voz autorizada de la iglesia por los cienes de personas desalojadas de sus propiedades es nombre de la ambición de los que manejan el gobierno. Diga Monseñor que no hay vuelta de hoja en la devolución de las tierras usurpadas a la familia Abohasen y a otras familias más que han sido despojadas con la ayuda de las tropas de Sor Aminta. Pregúntenle a Jennifer Guevara, desalojada por fuerzas del Ejército nacional encapuchadas de su casa por los últimos 30 años.
No estoy apoyando las supuestas estafas cometidas en contra de las monjas teresianas, de la familia Noguera López y de otras personas que por razones que solo ellas saben no han dicho que también están siendo afectadas por esta supuesta estafa. Yo lo que cuestiono es la autoridad moral de Sor Aminta de salir de redentora de los estafados en Nicaragua. Tiene tan poca autoridad moral, que es un escarnio a los nicaragüenses sus amenazas a los supuestos estafadores y me refiero a la parcialidad del Arzobispo Brenes y Solórzano, que ha callado ante el atropello y los abusos contra los nicaragüenses de parte de las fuerzas del gobierno que actúan con la impunidad del poder político.
El panorama nicaragüense está más claro que nunca: Nicaragua está en manos de una poderosa combinación de fuerzas político-militares-religiosas, que apoya a la dictadura Orteguista. Ni corramos, que somos out.