Esta es la gran pregunta en el fútbol mundial en estos momentos después de ver derrotado a este equipo ante uno de sus más acérrimos rivales en la liga casera, el Atlético de Madrid, en la disputa por la Supercopa de España.
¿Cómo fue posible que un conjunto plagado de estrellas marcara un solo un gol en más de 180 minutos?
Tampoco se trata de restarle méritos al trabajo realizado por los pupilos del “Cholo” Simeone que -a base de disciplina táctica, determinación y autoconfianza- consiguieron cerrar espacios, cortar llegadas, anticipar entregas, recuperar y crear las oportunidades necesarias para triunfar.
Nuevamente fue admirable la manera en que el Atletico de Madrid incomodó a los jugadores del “equipo blanco”, al punto de reducir su creatividad a la mínima expresión y, con ello, hacerles perder profundidad en el ataque.
Más allá de los elogios que se les prodiguen a los pupilos del “Cholo”, parece inaceptable que la maquinaria del “ataque blanco” no pudiera resolver al rival, con todo y que Cristiano Ronaldo estuvo más de 90 minutos fuera de la cancha por molestias físicas.
Es cierto que CR7 es el referente del equipo y sobre quien recae la mayor cantidad de goles, pero esa no es suficiente excusa cuando cuentas con uno de los mejores arietes puros del mundo, como es Karim Benzema, además del máximo goleador de la reciente Copa Mundial Brasil 2014, James Rodríguez, y el veloz Gareth Bale.
Eso en la delantera, porque en el medio campo reunís a tres genios de primera clase que poseen una técnica exquisita para tocar el balón y conducir ofensivas. Ellos son Tony Kross, Xabi Alonso y Luca Modric.
Cabe mencionar la cuota de responsabilidad que le corresponde al técnico Carlo Ancelotti por haber insistido en colocar juntos a los tres antes mencionados en el partido de vuelta, cuando no funcionaron en el juego de ida.
El alemán, el español y el croata son excelentes futbolistas, pero unidos perdieron trascendencia. Jamás se conectaron.
También es de resaltar la ausencia de una de las piezas fundamentales en el engranaje blanco, el argentino Ángel di María.
¿Qué pasa con el Real Madrid?
Para algunos quizás sea muy prematuro para alarmarse, pero lo cierto es que lo visto hasta ahora nos sumerge en un mar de dudas con respecto al futuro del Real Madrid en la temporada 2014-2015, en la que son favoritos a ganarlo todo.
Claro que es muy temprano, sobre todo si consideramos que sus dos nuevas incorporaciones (James y Kross) necesitan tiempo para adaptarse al ritmo y el sistema de juego de Carlo Ancelotti, quien, a su vez, tendrá que seguir haciendo pruebas en busca de ajustes.
Por lo tanto es justificable que James Rodríguez no muestre hasta ahora ese derroche de talento que iluminó la Copa Mundial Brasil 2014, y que Tony Kross luciera desconectado en los dos encuentros de la Supercopa de España, después de lanzarse un partidazo ante el Sevilla en la Supercopa de la UEFA.
El colombiano James Rodríguez, en su debut oficial vistiendo la camiseta blanca, parecía un náufrago: la mayor parte del tiempo estuvo a la deriva, errante, sin encontrar su lugar en la formación madridista. Apenas pudo dar algunos pases y tirar al arco en una ocasión sin alcanzar la red.
James se sintió, seguramente, desubicado, incluso excluido del juego de velocidad y pases largos que exhibieron Gareth Bale y Cristiano Ronaldo. Esto es lógico, porque el Real Madrid juega para el portugués, mientras que en la selección colombiana, él (James) se mueve con más libertad, alimentando de balones a sus compañeros con proyecciones para terminar las jugadas anotando goles, es decir, los cafeteros juegan a su ritmo.
En cuanto a Kross, en su debut nos regaló su mejor versión, la misma con la que impresionó al planeta fútbol con el combinado alemán en el reciente campeonato mundial.
Todo su potencial y su gama de recursos estuvieron a disposición del conjunto blanco: su efectividad en la entrega de pases, su gran visión de juego, su capacidad para dirigir el medio campo y la ofensiva. Sin embargo, contra el Atlético, su trascendencia quedó oculta.
Sumado a este problema de adaptación de las dos nuevas grandes figuras, es llamativa la sequía de goles por la que atraviesa el francés Karim Benzema, quien lleva cuatro meses sin marcar con el Real Madrid.
Más allá de este análisis, se espera que a medida que avance la temporada, el nivel de juego de los merengues vaya aumentando hasta alcanzar su punto máximo que en la campaña pasada les permitió conquistar la Décima Copa de Europa, luego de 12 años de espera.
Por el bien del espectáculo ojalá que así sea y que no ocurra lo de hace 12 años, casualmente, cuando fracasó el otrora equipo galáctico de Zidane, Ronaldo, Figo, Raúl, Beckham, Roberto Carlos y Owen, algo que sigue siendo un misterio.
A veces cuando se juntan muchos egos, los resultados no son los esperados. ¿Volverá a pasar lo mismo?