La realidad es más compleja: los medios de comunicación internacionalizaron los asuntos internos de Ucrania
Como país independiente, Ucrania vive tensos y violentos acontecimientos históricos. ¿Estará Washington detrás del golpe de Estado contra el legítimo Gobierno (bajo mismos criterios de Occidente) de Viktor Yanukovich, elegido en 2010?
Victoria Nuland (secretaria de Estado adjunta, de Estados Unidos), en su discurso de diciembre 2013 y en la grabación filtrada de su conversación con el embajador estadounidense en Kiev, dejó en claro que Estados Unidos invirtió US$5,000 millones de dólares de contribuyentes, preparando un golpe en Ucrania para deponer al Gobierno democrático. En 2004, Washington trató de capturar a Ucrania al financiar la “Revolución Naranja”, pero fracasó.
Todo ocurre vertiginosamente, una treintena de políticos polacos, alemanes, europeos y estadounidenses han hecho acto de presencia en la plaza de Kiev. Los eventos se han distorsionado en apoyo al golpe, encubriendo la mano de Washington. Hay directrices exteriores, puntos ciegos y oscuras maniobras, pero sin duda es un golpe de Estado, tal acción es una estrategia para debilitar a Rusia.
Las provincias orientales y meridionales ucranianas son áreas rusas incorporadas a Ucrania en los años cincuenta por la dirigencia soviética, a fin de diluir la influencia de los elementos nazis en Ucrania occidental que combatieron por Adolfo Hitler, contra la Unión Soviética, durante la Segunda Guerra Mundial.
Si Ucrania se perdiera a manos de Estados Unidos y la Unión Europea (OTAN), también se perdería la base naval rusa en el Mar Negro y la de muchas industrias militares. Si Rusia acepta una derrota estratégica semejante, significaría someterse a la hegemonía de Washington.
Para darle cariz de legalidad, nadie lo llamará “golpe de Estado”, como ocurrió en Egipto por Al-Sisi. Irónicamente Barak Obama pedía tranquilidad a los manifestantes y diálogo al Gobierno, mientras los ultras como John Bolton y el senador John McCain, les exigían contundencia en la Plaza de Independencia de Kiev.
La realidad es más compleja: los medios de comunicación internacionalizaron los asuntos internos de Ucrania, exagerando su impacto, a fin de allanar el camino de la intrusión de las potencias occidentales, quienes han demostrado preocupación por su democracia, no así en Arabia Saudita.
Estados Unidos ejerce el monopolio injerencista en los asuntos de otros países, su modus operandi y el de la Unión Europea, es aplicar el modelo de las “primaveras” libia y siria: incitar protestas pacíficas convertidas en levantamientos armados de bandas con disciplina militar; provocar caos y terror donde ninguno representa los intereses de los ciudadanos. Muchos analistas se preguntan sobre qué propició una crisis de tal magnitud y de cómo 200,000 personas decidieron el destino de 52 millones.
Ucrania, la mejor tierra agrícola de Europa, mano de obra cualificada y barata, si entra en la Unión Europea afectará negativamente todo el sector de la pequeña y mediana industria, misma situación que ahora atraviesa el sur europeo, pues no está en posición de competir con Alemania, Francia, etc., especialmente en el sector manufacturero.
A juzgar por las declaraciones de Bruselas, Londres y Washington, se trata de abreviar los resultados políticos del golpe de Estado, de exportarlos al Este y a Crimea.
La destitución de Yanukovich, sienta un mal precedente para los gobiernos europeos que cotidianamente se enfrentan a miles de manifestantes contra la corrupción y el saqueo de sus ahorros. Su derrocamiento, no implica avanzar hacia la democratización de Ucrania, sino reemplazar facciones en la cúpula del poder con miras a realinear el país hacia Occidente.
La antigua República Soviética está vigilada desde hace tiempo por la diplomacia occidental. La situación es alarmante, el peligro aumenta, pocos se preocupan de la legalidad, la constitucionalidad, objetividad, verdad y la opinión de la mayoría de la población ucraniana del Este.
La verdadera tragedia de Ucrania es que la ven no como un socio, sino una pieza en un juego geoestratégico, un gran mercado y una fuente de recursos. Formalmente es un Estado soberano desde 1991, siendo tema medular en las tensiones entre Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea.
El mundo entero debería estar alarmado ante la imprudente e irresponsable intromisión de Washington en Ucrania. Al crear una amenaza estratégica directa para Rusia, Washington tramó un enfrentamiento de grandes potencias, creando un potencial riesgo de destrucción del mundo.
*Jurista, politólogo y diplomático.