Barack Obama, al que los neoconservadores tildan de analfabeto en la política internacional, se ha lanzado a una hazaña titánica jugando con China a la ruleta rusa
En el contexto de su política del “Regreso a Asia”, Barack Obama planifica un enfrentamiento directo con Rusia en Ucrania, mientras visita a sus aliados asiáticos: Japón, Corea del Sur, Malasia y Filipinas, a fin de contener el ascenso del coloso asiático en el mundo.
La batalla entre China y Japón es por el control estratégico del Mar Oriental, que es ruta del suministro energético y otras mercancías, y un depósito de enormes recursos naturales como gas y petróleo; por la soberanía de las islas militarizables Diaoyu/Senkaku; el Estrecho de Malaca que conecta el Mar de China Oriental con el Océano Índico y Europa.
Con su propaganda anti-China, Estados Unidos pretende reforzar las instalaciones militares que posee en la región de China y atemorizar a sus vecinos. Los llamados “cazadores de dragones” de la administración Obama avanzan sobre los “amigos de la Panda”. En lugar de acuerdos, menudea la contención y el enfrentamiento con el gigante asiático.
Washington se enfocaba en cortar el suministro de energía a su rival económico (desde Libia, Irán o Sudán, entre otros); no obstante, ahora proyecta los posibles escenarios de una guerra.
The Wall Street Journal acota: “el Pentágono planea aumentar las operaciones de vigilancia cerca de China, desplegar cazabombarderos y usar misiles para destruir la infraestructura militar del enemigo y enviar un portaaviones al Estrecho de Taiwán”.
La Casa Blanca acostumbra utilizar a los grupos terroristas para desestabilizar el país, al estilo de la masacre criminal acaecida en Ucrania, coincidiendo con la presencia de John Brennan (director de la CIA) y Joe Biden (vicepresidente de Estados Unidos) en Kiev.
El atentado en una estación de tren en Xinjiang, la región musulmana de China fronteriza con Afganistán y Pakistán (ambos aliados de Washington), tuvo lugar tras la gira de Obama por Asia.
La autoimpuesta línea roja por Moscú de considerar “el ataque a los ciudadanos rusos en Ucrania, como un ataque a la propia Rusia”, puede tornarse una fatídica trampa para Putin. Estados Unidos se apresta a enviar más paracaidistas a Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, un buque de guerra al Mar Negro y en unos meses realizará la maniobra Operación Trident con Ucrania.
El deceso del autoproclamado emir del Emirato del Cáucaso, el checheno Doku Khamatovich Umarov, beneficia al sucesor Alí Abú-Muhammad (daguistaní), quien está transformando el movimiento nacionalista checheno en islamista; desea instaurar un Estado autónomo islámico sunita del Mar Negro al Mar Caspio.
Rusia y Georgia continúan en disputa por la soberanía de Abjasia y Osetia del Sur, lo que puede convertirse en un nuevo conflicto bélico, luego que Georgia sea miembro de la OTAN antes de finalizar el año.
Llama la atención los tensos escenarios, entre ellos, el factor gas-petróleo, las rutas con banderas patrióticas, nacionalistas o religiosas, tratados de defensa entre Estados Unidos y vecinos del país acosado: Polonia, limítrofe con Ucrania; Turquía, que comparte frontera con Siria y el Cáucaso; y Japón, en las proximidades de China.
Estados Unidos intenta impedir la integración económica entre Asia y Europa (Ucrania sería enlace entre la Unión Euroasiática y la Unión Europea), hacerse con el control del flujo energético mundial y que esta se comercialice en dólares. Quienes se opongan sufrirán duras sanciones.
Una vez más la codicia no es buena consejera y les hará perder la perspectiva, similar a la pobre óptica política de la Casa Blanca reforzará las relaciones militares entre China y Rusia, al tiempo que la alianza Estados Unidos-Unión Europea se debilita en estos conflictos.
La geopolítica cambia vertiginosamente y la crisis en Ucrania ha aproximado a Rusia a sus vecinos orientales; al parecer, los recursos humanos y cuadros diplomáticos de Estados Unidos no están adaptados para un mundo multipolar.
Barack Obama, al que los neoconservadores tildan de analfabeto en la política internacional, se ha lanzado a una hazaña titánica jugando con China a la ruleta rusa.
*Diplomático, jurista y politólogo.