actualizado 5 de nov. 2014    
Otra vez, PODEMOS
El nivel de penetración de PODEMOS en la sociedad española se puede interpretar como una adecuada lectura de las principales demandas de ésta
Por Ignacio Pareja Amador
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Hace cuatro meses le exponíamos desde este reflector mundial la fuerza que ha adquirido el recientemente creado partido político español PODEMOS. Comentamos que su estrategia ha sido inteligente a la hora de aprovechar el descontento que se vive en España como consecuencia del estancamiento económico, siendo que el PIB creció en promedio entre 2005 y 2014 tan solo en 0.6% (FMI 2014), el alto desempleo cuya tasa es de 26.3%, una de las más altas del mundo (CIA 2013) y el distanciamiento entre el electorado y los dos grandes partidos políticos de España: El Partido Popular y el Partido Socialista.

Tanto el bajo crecimiento económico como el desempleo pueden considerarse efectos negativos de la crisis global que afectó a diversos países en el mundo. Sin embargo, a nivel de la población dicho problema es representado como un resultado ineficaz del gobierno español, afectando igualmente a las fuerzas políticas dominantes.

Si a ello se le agregan los últimos escándalos de corrupción que han afectado a distintos miembros de la elite política española, tendremos que el descontento popular se incrementa, abriendo oportunidades a nuevos actores, en palabras de Moisés Naím, aparecen micro poderes capaces de difuminar el poder y de hacer frente a las oxidadas burocracias políticas que dominaron en el siglo pasado.

Apenas hace unos días, el periódico español “El país” publicó los resultados de una encuesta (Metroscopia) en la que se sitúa a PODEMOS como la fuerza política con mayores preferencias en el electorado español. Un hecho que confirma las observaciones de Naím respecto al surgimiento de nuevos actores en la escena política contemporánea, más cercanos a las demandas ciudadanas. Esto también confirma la percepción del académico australiano Ian Marsh quien afirma que la democracia se encuentra en una etapa de extinción, pues está decayendo debido a que los partidos políticos, que son los institutos encargados de convertir las demandas ciudadanas en planteamientos de políticas públicas, no han evolucionado a la misma velocidad que la sociedad.

Ello no le quita mérito al partido que es actualmente el preferido de los ciudadanos españoles, PODEMOS, sino al contrario, le da un reconocimiento especial por el uso estratégico de los recursos que la democracia ofrece para encausar el malestar de la ciudadanía (cansada por la ineficacia, demagogia y lejanía de su gobierno) por medio de canales legales que permiten escenarios de paz y estabilidad política en suelo español.

La gran virtud de este partido ha sido construir una agenda política legitima en términos de inclusión, mediante la formación de círculos y asambleas regionales, así como en materia de resultados, pues cuenta con cuadros especializados en asuntos políticos; que retan al estereotipo del político tradicional con una imagen más cercana a la población; que reclama sin calcular en demasía en sus declaraciones, una libertad que es ilimitada desde, hay que decirlo, la cómoda posición que brinda la oposición, pero que sería muy difícil de sostener siendo gobierno.

El discurso contra las elites, la acusación directa, el argumento trabajado y meditado con tiempo, así como la espontaneidad inteligente le han brindado a Pablo Iglesias, líder moral de PODEMOS, cualidades que la educada población de España exige en sus gobernantes, cuya evaluación en la encuesta lo sitúan en primer lugar, muy por encima del primer ministro español Mariano Rajoy.

Dentro de las tendencias que enmarca Moisés Naím en su descripción de la decadencia del poder, relata que hoy en día es cada vez más difícil controlar a la población, debido a que es la generación más educada, comunicada, conectada y con mejores estándares socioeconómicos en la historia de la humanidad.

El nivel de penetración de PODEMOS en la sociedad española se puede interpretar como una adecuada lectura de las principales demandas de ésta.

Es también un síntoma de inconformidad de la población como respuesta a los vicios del poder de los líderes políticos de los partidos tradicionales, representando independientemente de la ideología que enarbolan, una opción más ciudadana, real y congruente con los tiempos que viven las sociedades modernas.

PODEMOS, como una fuerza política que ha sintetizado la crítica, el hartazgo y las demandas ciudadanas, en un proyecto político con claro objetivos, debiera servirles de ejemplo a las fuerzas políticas tradicionales de nuestros países latinoamericanos, para que entiendan que las sociedades contemporáneas tenemos la capacidad de cambiar el rumbo drásticamente de nuestras democracias ,sin darle un peso definitivo a la tradición y la experiencia, pues en la novedad y en el cambio podemos encontrar la esperanza de vivir en un lugar mejor.

Datos estadísticos: CIA The World Factbook y IMF DataMapper.

Twitter: @Nacho_Amador

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