Unir fuerzas para solventar intereses económicos y sociales es la base en la que se sustenta un nuevo modelo de mercado que busca alianzas para lograr un cambio global. La Cadena Híbrida de Valor es esta nueva modalidad donde las empresas aportan su estructura consolidada que permite a las Organizaciones del Sector Ciudadano abordar una necesidad presente en la sociedad.
La alianza entre el sector privado y el Tercer Sector se ha convertido en una forma de enfrentar los problemas sociales y económicos de manera rentable y sostenible. Javier Olaguibel, coordinador del departamento de Empresas de Ashoka en España afirma que “Por su naturaleza, una única empresa, gobierno u organización social no puede afrontar retos sociales por sí solos”. Desde su perspectiva el sector empresarial tiene fortalezas que son valiosas para el sector social y viceversa. Es así como con dicha alianza se pretende solucionar problemas sociales al mismo tiempo que se genera valor económico.
Specialisterne fue la primera empresa que entró en el ámbito social al aprovechar las capacidades especiales de las personas con autismo, Síndrome de Asperger y diagnósticos similares. Estos grupos suelen ser excluidos por sus supuestas incapacidades. Lo que no se conoce son las grandes cualidades que presentan. Esta empresa supo apreciar fortalezas como la gran atención al detalle, la facilidad para el razonamiento lógico y matemático, la memoria visual, la capacidad para realizar análisis muy precisos y la excelente memoria que tienen; y darles una oportunidad laboral en sectores donde las pudieran desarrollar. De esta manera, se ha demostrado que tienen la aptitud para reducir los errores en la comprobación de Software en un 4,5%, lo cual no solo brinda beneficios económicos a la empresa sino que también favorece la inclusión social de estas personas.
Para lograr dichos objetivos además de los emprendedores empresariales, son clave los emprendedores sociales. Estos son personas creativas e innovadoras que cuestionan el sistema establecido y explotan nuevas oportunidades para convertir el mundo en un mejor lugar. Es así como J.B Schramm ha ayudado a millones de estudiantes de bajos recursos a ingresar en la universidad en América Latina, Verónica Khosa ha desarrollado un modelo de atención domiciliaria para pacientes con SIDA que cambió la política de salud del gobierno sudafricano, o Bill Drayton que creó la Fundación Ashoka que financia y apoya estos y más emprendedores sociales, sacándole provecho al poder de estas ideas para transformar el mundo.
La Fundación recalca que “es necesario desarrollar una nueva estructura para permitir alianzas socio empresariales donde es necesario equilibrar cuidadosamente el impacto social y los objetivos rentables”. Es por esto que se rigen por tres principios que incluyen el diseño de productos y servicios que favorezcan a personas con escasos recursos, un cambio en la lógica del modelo de empresa desde la producción hasta la venta y una nueva visión de las comunidades no solo como consumidoras sino también como productoras.
Desde Harvard Business Review califican esta iniciativa como “mercados emergentes” al afirmar que la colaboración entre empresas y emprendedores sociales puede crear y expandir mercados a una escala no vista desde la revolución industrial. Según dicen, esta opción permite integrar a los casi 4 billones de personas que aún no hacen parte de la economía global. El poder de esta colaboración radica en la compaginación de las habilidades y fortalezas de los participantes.
Mientras que las empresas ofrecen experiencia en negocios, una infraestructura más estable, mayores recursos y financiación, las organizaciones sociales contribuyen a crear precios más bajos y redes sociales con un conocimiento y una metodología para satisfacer las necesidades existentes. Las fortalezas de estos dos sectores lejos de ser opuestas, son complementarias. La intención es impulsar la creación de un valor económico y social para ambas partes.
José Manuel Fresno, sociólogo español, sostiene que los cambios sociales exigen nuevas formas de actuación donde la cooperación entre el Estado, el mercado y la sociedad civil compartan sus valores característicos para conseguir logros comunes. Los nuevos retos de la sociedad nos recuerdan aquella frase común que “en la unión está la fuerza”.
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