El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, anunció el miércoles que la nueva edición del billete de 20 dólares estadounidenses incluirá el retrato de la legendaria abolicionista Harriet Tubman. Tubman nació esclava, pero logró escapar y conquistar su libertad. Una vez libre, se convirtió en guía de la ruta de escape de decenas de esclavos hacia la libertad, así como en activista por el derecho al voto de la mujer. Será ella quien reemplazará al presidente Andrew Jackson en la parte de adelante de los billetes de 20 dólares estadounidenses. Jackson y Tubman fueron contemporáneos. Jackson era propietario de esclavos (fue uno de los dieciocho presidentes estadounidenses que los tuvo) y se enriqueció gracias a su trabajo forzado. Según dijo Lew, la elección de Tubman para reemplazarlo se vio influenciada por el activismo de diversos movimientos de base, en el marco de una campaña en la que cientos de miles de personas daban su apoyo a distintas propuestas de mujeres a homenajear. La decisión tampoco se llevó a cabo sin controversias.
Harriet Tubman era la del medio de nueve hermanos. Fue bautizada Araminta “Minty” Ross cuando nació en 1822 en una plantación de Maryland, no muy lejos del lugar en el que fue esclavo el escritor y orador abolicionista Frederick Douglass. Se casó con John Tubman en 1844 y cambió su nombre a Harriet en honor a su madre. En 1849, se escapó y fue en dirección al norte (unos diez años después de que Frederick Douglass lograra hacer lo mismo), pero no perdió tiempo y volvió clandestinamente al lugar donde había sido esclava para rescatar a su familia. Se hizo famosa por sus arriesgados escapes nocturnos que condujeron a familias esclavas enteras hacia la libertad. Los esclavos la llamaban sencillamente “Moisés”. Los propietarios de esclavos le pusieron precio a su cabeza. Pasó a desempeñarse como enfermera durante la Guerra Civil y luego como espía. Se considera que fue la primera mujer que encabezó una expedición armada en combate cuando dirigió a fuerzas de la Unión en Carolina del Sur durante una incursión en la que fueron liberados 700 esclavos. Hizo todo esto sin haber recibido educación formal, sin haber aprendido nunca a leer o a escribir.
A pesar de sus destacados logros, el país por el que luchó no la trató muy bien después de la guerra. Hacia el final de su vida experimentó problemas financieros, tuvo que convertir su hogar en una pensión e intentó ganar dinero como pudo. Aunque era veterana de combate, le llevó décadas recibir una modesta pensión del Gobierno federal por el servicio que prestó en tiempos de guerra. Falleció con poco más de 90 años de edad en la localidad que adoptó como su hogar, Auburn, Nueva York. Allí yace sepultada.
En su anuncio, el secretario del Tesoro Lew comunicó además que Andrew Jackson permanecerá en el billete, pero solamente del lado de atrás. La figura de Jackson debería retirarse totalmente. No solo fue propietario de esclavos, sino que además participó del genocidio de la población indígena. El pueblo Cherokee lo llamaba “Cuchillo Afilado”, por la extrema violencia con que los trataba.
La galardonada periodista afroestadounidense Akiba Solomon, escribió en la publicación por la justicia racial Colorlines: “Varias personas han sugerido que Tubman en la parte de adelante y Jackson en la parte de atrás del billete parece una broma del Día de los Inocentes o el resultado de fumar marihuana en exceso un 20 de abril. Pero no es nada de eso. Es Estados Unidos”. Hay quienes han criticado la decisión de incluir la figura de Tubman en sí, alegando que Tubman luchó toda su vida contra el capitalismo estadounidense y que colocarla en el billete de mayor uso del país representa un insulto a su legado.
Pero entonces, ¿cómo hacer para que la labor de los revolucionarios llegue a todo el pueblo? ¿Qué mejor tributo podría rendirse a toda una vida de lucha que colocar su imagen en las manos de cientos de millones de personas? Imagínense si el movimiento por el salario mínimo, actualmente denominado “Lucha por quince”, se viera transformado por el rostro rebelde del billete de 20 dólares. Hace pocos años atrás, muchos creían que la demanda de un salario mínimo de quince dólares la hora era algo impensable. Sin embargo, se ha convertido ahora en la norma, y una ciudad tras otra y, cada vez más, un estado tras otro avanzan hacia ese salario mínimo. Que Harriet Tubman en el billete de 20 dólares se convierta en la imagen del próximo paso del movimiento, el movimiento Harriet Tubman por un salario mínimo de 20 dólares la hora. Que el billete de 20 dólares de Harriet Tubman se convierta en el emblema de un renovado pedido de indemnizaciones para los afroestadounidenses por los perdurables efectos devastadores de la esclavitud.
La historia de Harriet Tubman, de su valiente resistencia frente a las injusticias, de su lucha por la liberación de los esclavos y por la igualdad de la mujer, todo esto debe ser moneda corriente en nuestra democracia.
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