Sus detractores lo llaman “Proyecto de ley sobre baños”. En una sesión extraordinaria la semana pasada, la legislatura del estado de Carolina del Norte aprobó la ley HB2, denominada oficialmente Ley de Privacidad y Seguridad de las Instalaciones Públicas. El gobernador Pat McCrory la promulgó esa misma noche. La nueva ley impide a las personas transgénero utilizar baños o vestuarios que correspondan con su identidad de género. La fuerte resistencia al proyecto de ley aumenta cada día.
La Ley HB2 fue discutida y aprobada a toda prisa como reacción ante la ampliación del decreto contra la discriminación emitido en Charlotte, Carolina del Norte, hace poco más de un mes. Charlotte añadió protecciones relativas a la orientación sexual y la identidad de género de las personas. La ley estatal prohíbe a los gobiernos locales adoptar medidas sobre los baños que contemplen la identidad de género, por lo que hace ilegal el decreto incluyente de Charlotte. Se han propuesto proyectos de ley similares en varios estados “desde Washington hasta Virginia (pasando por los estados que se encuentran en el medio)”, escribió Chase Strangio, abogado de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés). Strangio dijo en Democracy Now!:
“Estas leyes se están aprobando en un contexto mucho más amplio y perturbador. La ley de Carolina del Norte es de las cosas más terribles que hemos visto en los casi 200 proyectos de ley que se presentaron en contra del colectivo LGBT este año”.
La ACLU entabló una demanda para impugnar la constitucionalidad de la ley HB2. Strangio afirmó: “Si se aprueba una ley inconstitucional el miércoles, nosotros entablaremos una demanda para impugnarla el lunes por la mañana”. Hablamos con una de las personas que entablaron la demanda federal, Payton McGarry, un estudiante de la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro, el lugar donde se realizaron las legendarias ocupaciones contra la segregación en el mostrador de la cafetería Woolworth en 1960.
McGarry habló sobre las repercusiones directas de la ley en su vida: “Me exige que utilice el baño de las mujeres. Me preocupa porque utilicé el baño de mujeres hasta que ya no fue posible, hasta que empezaron a empujarme, abofetearme, gritarme cada vez que ingresaba al baño de las mujeres”. El abogado de la ACLU Chase Strangio concordó con las declaraciones de McGarry y amplió: “Pero también significa que las personas trans ahora son totalmente incapaces de participar en la vida pública, porque las personas trans no tienen idea de qué baño deberían utilizar”.
La prohibición del uso de baños según la identidad sexual es un síntoma de la discriminación sistémica e institucionalizada contra las personas transgénero. El año pasado, fueron asesinadas más personas transgénero en Estados Unidos que en cualquier otro año. Chad Griffin, el presidente de Human Rights Campaign escribe y puntualiza al respecto: “Las mujeres transgénero de color están afrontando una epidemia de violencia que es una superposición del racismo, el sexismo y la transfobia”. Una encuesta en la que participaron alrededor de 6.450 personas de Estados Unidos que se identifican como transgénero, realizada por el National LGBTQ Task Force y el Centro Nacional para la Igualdad de las Personas Transgénero, concluyó que los encuestados tenían cuatro veces más probabilidades de vivir en la pobreza que el ciudadano estadounidense promedio. Un sorprendente 41% había intentado suicidarse.
Al tiempo que el proyecto HB2 se convertía en ley, Charlotte conmemoraba un año del suicidio de Blake Brockington, el primer rey transgénero de la ceremonia de bienvenida de la secundaria en Carolina del Norte. En un video filmado antes de su muerte, Brockington, de 18 años, dijo: “Crecí en Charleston, Carolina del Sur, en un hogar de religión Bautista del Sur. Siempre he sido diferente y siempre era mal visto en mi familia. Ha sido muy difícil. La secundaria ha sido muy difícil también”. Blake Brockington habló sobre lo que significó haber sido nombrado rey de la ceremonia de bienvenida a los ex alumnos de la institución.
Blake Brockington: “Por primera vez me hizo sentir que podía simplemente ser un adolescente normal. Simplemente un adolescente normal, haciendo las cosas que hace un adolescente normal, como ser el rey de la ceremonia de bienvenida”.
El fiscal general de Carolina del Norte, Roy Cooper, es candidato a gobernador y se enfrenta al actual gobernador, Pat McCrory, en las elecciones. Cooper anunció que no defendería la nueva ley a nivel judicial. Más de 90 presidentes de importantes empresas como Apple, Google, Facebook, Marriott International y Bank of America, que tiene sede en Charlotte, enviaron una carta al gobernador McCrory que dice: “Nos decepciona su decisión de promulgar esta legislación discriminatoria. Toda la comunidad empresarial ha comunicado consistentemente a los legisladores de todos los niveles que esas leyes son nocivas para nuestros empleados y malas para los negocios”, escribieron. La NBA ha dicho que podría cancelar el Juego de las Estrellas de 2017 en Charlotte. Ante una presión similar, el gobernador republicano de Georgia, Nathan Deal, vetó un proyecto de ley muy parecido esta semana.
Payton McGarry considera que la respuesta que ha habido, tanto en su propia Universidad como a lo largo y ancho del país, es esperanzadora: “Esto realmente está uniendo a las personas, haciéndoles ver que se trata de una amenaza a nuestra lucha por aceptarnos y nuestra lucha por amarnos”.
Celebremos el amor, la aceptación y la igualdad. Saquemos a la política estadounidense del retrete.
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