Buscando el verbo halle la luz,
y con la luz hallada me hice a la poesía,
y con la poesía entre los labios,
me puse a soñar despierto,
como aquellos Magos de Oriente,
que reencontraron la buena estrella,
y siguiendo su resplandor,
hallaron al Niño, ¡creciéndose en el gozo!
En los Magos de Oriente,
está injertado el camino de lo que somos:
caminantes en busca de la gran luz,
soñadores en busca del gran verso,
poetas en busca de la gran palabra,
que no es otra que el cultivo de la verdad,
cautivada por el amor de una mirada,
la de un Niño, ¡luminaria entre las mentes!
El mundo no se edifica sobre el poder,
pues el poder todo lo oscurece;
tampoco se construye sin esperanza,
pues la esperanza todo lo alumbra;
fueron los Magos de Oriente
quienes supieron volver al paisaje del sol,
encender el Belén de lo armónico
y ascendernos, pues con ellos, ¡estuvo Dios!
Dios está en ese Niño que buscamos,
en ese monte por el que volamos,
en ese manto con el que nos arropamos,
pues aunque el andar sea duro,
seamos valientes, realizando actos de amor,
que amar es sentirse parte del otro
hasta fundirse en uno mismo, y elevarse,
como la hicieron los Magos, ¡del alma hacia Cristo!.
corcoba@telefonica.net
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