Dos tercios de los 180 países que figuran en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de 2015 han presentado peores resultados que en el año anterior. Reporteros sin Fronteras informa de que, afectada por los conflictos, la amenaza de los actores no estatales, las agresiones cometidas durante manifestaciones o la crisis económica y financiera, la libertad de prensa ha disminuido en los cinco continentes.
Reporteros sin fronteras (RSF) es una organización internacional sin ánimo de lucro que promueve y defiende la libertad de informar y de ser informado en cualquier lugar del mundo. La organización, que goza de estatus consultivo ante la ONU y la Unesco, publica todos los años desde 2002 un informe en el que analiza la libertad de información de 180 países. Para su realización, RSF mide factores como el pluralismo y la independencia de los medios, el marco legal y el ambiente en el que desempeñan su actividad y la calidad de la infraestructura mediática.
Uno de los datos más preocupantes es la aparición de “agujeros negros” de información en las zonas de Oriente Medio y el norte de África. Grupos no estatales se han apoderado de regiones enteras en las que ahora no existe la información independiente.
La Unión Europea (UE) es la protagonista del mayor retroceso entre las ediciones de 2014 y 2015. Los mecanismos europeos no son capaces de reaccionar ante la erosión del pluralismo causada por la concentración mediática. Aunque el pluralismo sea un valor importante en la UE, el derecho europeo no hace una diferencia real entre un medio de comunicación y una empresa de importación-exportación. A pesar del debilitamiento de la libertad de información, los países de la UE, en especial los escandinavos, y de los Balcanes se mantienen en los puestos más altos de la clasificación.
Existe una correlación positiva entre libertad de prensa y riqueza per cápita. Como sucede en países como Noruega y Dinamarca, que están en el top 20 de países con mayor PIB por habitante y que ocupan el segundo y tercer puesto de la Clasificación Mundial. Países marcados por la pobreza y el autoritarismo, como Etiopía, Gambia o Eritrea, se encuentran los puestos más bajos, en este caso en el 142, 151 y 180.
Esta correlación no es una regla general. Níger es, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el país menos desarrollado del mundo, y en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa ocupa el puesto 47. Desde la caída del régimen de Mamadou Tandja, el sector mediático se ha diversificado, pero la pobreza del país establece un límite estructural que frena el desarrollo de los medios de comunicación.
La riqueza de una nación no garantiza una prensa libre. Los países exportadores de petróleo como materia prima tienen un promedio peor en libertad informativa en comparación con el resto del mundo. Arabia Saudita, Rusia e Irán, que son los tres mayores exportadores a nivel mundial, ocupan los puestos 164, 152 y 173 de la clasificación.
En los países que adquieren más armamento en proporción a su PIB la prensa tiende a ser menos libre. El régimen de Corea del Norte, líder en inversión militar, no tolera la prensa independiente y ha acabado en el puesto 179 de 180. Zimbaue, país que en 2013 invirtió un 11% de su PIB en armamento a pesar de no estar involucrado en ningún conflicto, se encuentra en el puesto 131.
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