Esta semana la Corte Suprema de Estados Unidos hizo historia: resolvió una importante batalla por los derechos reproductivos de la mujer tras derogar la tristemente célebre ley contra el aborto del estado de Texas, conocida como HB 2. La decisión de la Corte en el caso Whole Woman’s Health contra Hellerstedt, por 5 votos a favor y 3 en contra, estableció que la ley de Texas violaba el derecho de la mujer de acceder al aborto. La ley HB 2 es una de las muchas leyes denominadas “TRAP” (trampa, en inglés) que han proliferado en el país. La sigla “TRAP” significa Reglamentación Específica de las Clínicas que Practican Abortos. Estas leyes fueron creadas para cerrar clínicas al obligarlas a realizar renovaciones costosas en sus instalaciones o exigir que sus médicos posean permisos de admisión de pacientes en hospitales cercanos. Las leyes TRAP provocan inevitablemente el cierre de las clínicas en que se practican abortos. Whole Woman’s Health, una organización que gestiona varias clínicas que brindan servicios de aborto en Texas, decidió demandar al estado e impugnar la ley.
Esta importante victoria judicial no se logró solamente en los despachos de las tres magistradas mujeres que integran la Corte Suprema, Ruth Bader Ginsburg, Elena Kagan y Sonia Sotomayor, y de sus colegas del sexo masculino Stephen Breyer y Anthony Kennedy, sino que es el resultado de años de lucha popular, en los medios de comunicación y en los pasillos de la legislatura de Texas.
La ley fue aprobada en julio de 2013, en medio de una polémica sin precedentes. El Senado de Texas se disponía a estudiar el proyecto de ley el 25 de junio de 2013, el último día de una sesión extraordinaria. Wendy Davis, senadora demócrata de Fort Worth de la legislatura de Texas, se puso unas cómodas zapatillas rosas y tomó la palabra pasadas las 11 de la mañana con el objetivo de obstruir la aprobación de la ley. Tenía pensado hablar hasta medianoche, momento en el cual, en virtud de la legislación estatal, la sesión extraordinaria debía terminar. En el Senado de Texas, el senador que toma la palabra debe seguir hablando de pie solo todo el tiempo, a diferencia de lo que ocurre en el Senado de Estados Unidos, donde el senador que decide embarcarse en la teatral táctica del obstruccionismo, como recientemente hizo el senador Chris Murphy tras la masacre de Orlando, puede ser interrumpido con preguntas de sus colegas, que suelen realizar intervenciones prolongadas para permitirle que se tome un descanso. Sin embargo, Wendy Davis habló sola, sin parar, durante todo el día sobre el tema que se estaba tratando. No pudo dedicar tiempo a hablar de otras cuestiones, como hizo el senador Ted Cruz durante una obstrucción en el Senado de Estados Unidos cuando leyó el cuento de Dr. Seuss “Huevos verdes con jamón” para hacer tiempo. La transmisión en vivo de la obstrucción de Davis tuvo amplia difusión en Internet. Miles de personas se dirigieron a la sede del parlamento de Texas para expresar su solidaridad.
La mayoría republicana del Senado de Texas logró sacar a Davis del estrado a las 10 de la noche aduciendo problemas de procedimiento, por lo que los senadores tuvieron dos horas enteras para aprobar la ley HB 2 antes de medianoche. Sin embargo, las miles de personas congregadas fuera del Capitolio del estado habían comenzado a corear: “No nos moverán”. El ruido fue tan molesto que el Senado no pudo realizar una votación nominal. En esa ocasión, venció la obstrucción de la población. Dos semanas más tarde, el entonces gobernador de Texas Rick Perry convocó otra sesión legislativa extraordinaria, en la que se aprobó el proyecto de ley.
En el fallo mayoritario de la Corte a favor de derogar la ley HB 2, el magistrado Stephen Breyer escribió: “Los abortos practicados en una clínica para abortos son seguros. De hecho, son más seguros que muchos procedimientos que se realizan fuera de hospitales y a los que el estado de Texas no aplica los requisitos de que se realicen en centros quirúrgicos…A nivel nacional, hay 14 veces más probabilidades de que un nacimiento termine en una muerte de que eso suceda durante un aborto. Sin embargo, en Texas, la ley permite a una partera asistir un nacimiento en la casa de la paciente”. Breyer también señaló que la colonoscopía, un procedimiento que suele realizarse fuera de un hospital, tiene una tasa de mortalidad 10 veces mayor a la de un aborto y la tasa de mortalidad de una liposucción es 28 veces más elevada que la de un aborto.
Stephanie Toti tenía 37 años cuando presentó los argumentos en defensa de Whole Woman’s Health ante la Corte Suprema de Estados Unidos. Toti es abogada del Centro por los Derechos Reproductivos. Le preguntamos en el programa Democracy Now! cómo había sido su experiencia –como mujer y abogada– de haber presentado un caso por primera vez ante la Corte, a lo que Stephani Toti respondió: “Los demandantes de este caso estaban convencidos de que querían que los representara ante la Corte y creo que fue muy significativo para muchas personas que una mujer en edad reproductiva alegara a favor de su causa ante la Corte”.
La lucha por los derechos de la mujer se ha librado durante varias generaciones. Desde la demandante Amy Hagstrom Miller, fundadora y directora ejecutiva de Whole Woman’s Health, que ha proporcionado servicios de aborto desde 1989, pasando por Stephanie Toti, del Centro por los Derechos Reproductivos, que ha representado a mujeres durante casi 25 años, y las tres magistradas de la Corte Suprema, un número histórico en un tribunal superior, los movimientos sociales son fundamentales. Teniendo en cuenta que existen cientos de proyectos de ley contra el aborto en todo el país, esta victoria histórica es motivo de celebración, pero no de descanso. Como dijo Amy Hagstrom Miller ante la Corte Suprema: “Una victoria no significa que la lucha ha terminado”.
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