El posible triunfo electoral en España de Unidos Podemos destapa la cara más franquista del Partido Popular (PP). Amenazan y vaticinan catástrofes si gana esa nueva izquierda, fieles los conservadores a esa falsa necedad que formuló la señora Margaret Thatcher años ha: no hay alternativa a su sistema económico. Pero la hay.
El PP quiere mantenerse en el poder como sea y recurren al miedo para rebañar votantes. Ellos o el caos. Rajoy osa decir de Unidos Podemos, que “esa alternativa extremista en el gobierno disolvería lo bueno que tenemos: nuestra unidad, nuestra democracia constitucional y nuestro progreso económico”. Para quien conoce España, esas falacias del PP son un insulto a la inteligencia. Y añaden que en estas elecciones se enfrenta “la España moderada a la España radical”.
¿De qué España moderada hablan? ¿La de las corrupciones millonarias, malversaciones varias, saqueo de bienes públicos, prevaricación y otros delitos donde siempre hay implicados, acusados, procesados y encarcelados en prisión preventiva miembros del Partido Popular, de sus gobiernos regionales o municipales?
Y ahora que una coalición de izquierdas puede ganar las elecciones con un moderado programa socialdemócrata (cuanto más, como el de algún país escandinavo), los herederos del franquismo mienten como aplicados fascistas. Sólo hay un modo de gobernar: el suyo, ocultando que generan desigualdad y empobrecimiento.
Pero Rajoy osa repetir que, si gobierna Unidos Podemos, “echará por tierra los logros que el PP ha conseguido en los últimos cuatro años”. ¿Logros? Difícil mayor desfachatez, cuando incluso medios afines al PP, tras elogiar la presunta reactivación económica, reconocen que “millones de familias aún no han comenzado a notar sus efectos”. Lo pasan mal y son millones.
La tozuda realidad muestra que los salarios bajan y eso es implacable indicador. Según el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT), desde 2009 los trabajadores han perdido casi 40.000 millones de euros por rebajas salariales. No sorprende cuando el salario español es casi 18% menos que el salario medio de la Unión Europea; de 875 euros mensuales menos que el alemán o 1.102 euros mensuales menos que el británico. Pero los beneficios empresariales y de la propiedad aumentan 5.000 millones en un año.
Los reclamos al miedo, sus “ellos o el caos”, ignoran hechos y datos comprobados que exponen Cáritas, Cruz Roja, Oxfam Intermón…. Certifican que en la España del PP avanzan desigualdad y pobreza, aumentan las carencias de todo tipo para demasiados y se asienta una vida muy difícil para millones de personas. Además de que los más jóvenes tienen cada vez más difícil organizar no ya su futuro, que no tienen en esta España del PP, sino un presente urgente y acuciante. Hace cinco años, sólo un 6% de hogares, con todos sus miembros en paro, sobrevivían con la pensión del abuelo. Hoy ya son el triple, 18%; más de 300.000 familias españolas, en las que nadie tiene empleo, sobreviven con la pensión de un jubilado.
El PP repite que ha reducido el desempleo y ya ha rebajado los cinco millones de parados. Falso. Hay algo menos de cinco millones de inscritos en el Instituto Nacional de Empleo como parados que buscan empleo, que no es lo mismo. Hay mucha más gente sin trabajo no inscrita en el INEM (oficina para los desempleados en España). Más el creciente número de subempleados. Recordemos que ya son 27% de todos quienes trabajan. Más de dos millones. Trabajan menos, en precario, días, a veces sólo horas, y así no se puede tener un salario digno. Más los casi cinco millones de desempleados “oficiales” ya son siete millones quienes viven, si eso es vivir, con ingresos insuficientes, indignos. O sin ingresos. Y también hay en el país casi tres cuartos de millón de hogares con todos sus miembros en paro y sin abuelo con pensión al que recurrir. Hace siete años no llegaban a medio millón.
Y de todo ello surge un nuevo tipo de trabajador en esta España neoliberal del PP: el asalariado pobre, con un salario tan bajo que no puede dejar de ser pobre y ha de recurrir a Caritas u otra organización semejante para comer las últimas semanas o días del mes. En 2006, los trabajadores pobres en España eran el 10% de empleados. En 2014 ya son 12,5% y, si se sondeará 2015, serían bastantes más.
¿Cuándo la verdad se impondrá al miedo?
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