La Casa Blanca anunció esta semana que el presidente Barack Obama visitará Hiroshima, el lugar donde se llevó a cabo el primer ataque con una bomba atómica en la historia de la humanidad. Obama será el primer presidente estadounidense en ejercicio que visita el lugar y el segundo en la historia, dado que el ex presidente Jimmy Carter realizó una visita en 1984. El peregrinaje de Obama a Hiroshima, donde 140.000 personas perdieron la vida y otras 100.000 resultaron gravemente heridas el 6 de agosto de 1945, no irá acompañado de una disculpa formal. El secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, sostuvo que el viaje tenía la finalidad de recalcar el “continuo compromiso [de Obama] con la búsqueda de la paz y la seguridad de un mundo sin armas nucleares”. Sin embargo, el gobierno de Obama anunció también recientemente el lanzamiento de un programa de un billón de dólares para modernizar la totalidad del arsenal nuclear de Estados Unidos de aquí a 30 años.
Cada año que pasa, son menos los sobrevivientes de los terribles ataques a Hiroshima y Nagasaki que quedan para relatar su versión como testigos presenciales. En Japón, a estos sobrevivientes se los llama con gran respeto “hibakusha”. En 2014, hicimos una visita al Parque Memorial de la Paz de Hiroshima guiados por un hibakusha, Koji Hosokawa. En 1945, Koji tenía diecisiete años de edad y su hermana trece: “El dolor más grande de mi vida es por mi hermana menor, que murió a causa de la bomba atómica”.
En nuestra visita a Japón viajamos también a Tokio para hablar con el reconocido escritor Kenzaburo Oe, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1994. Le preguntamos si el presidente Obama debería ofrecer disculpas por las dos bombas nucleares y nos respondió: “No pretendo una disculpa, ni del presidente ni de ninguna otra persona, en relación con este hecho. Considero que el hecho de que la humanidad haya creado este tipo de armas es un crimen del que toda la humanidad es responsable. Y considero que se trata de un asunto de tal magnitud que un político no podría disculparse por ello”. Oe, de 81 años de edad, no es un hibakusha, pero es sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial, y esa experiencia vivida en su niñez tuvo un profundo impacto en él.
Como si anticipara las críticas que Obama enfrenta actualmente, acusado de organizar una “visita de disculpas”, Kenzaburo Oe dijo en 2014: “Creo que si el Sr. Obama viniera a las ceremonias de conmemoración en Hiroshima o Nagasaki, por ejemplo, lo que podría hacer es reunirse con los hibakusha, los sobrevivientes, y compartir un momento de silencio con ellos. También expresar consideración por el tema de las armas nucleares desde el punto de vista de toda la humanidad y lo importante que es la abolición de las armas nucleares. Pienso que [eso] sería lo más importante que cualquier político o representante podría hacer en este momento”.
Desde esos dos devastadores bombardeos de 1945, el 6 de agosto en Hiroshima y el 9 de agosto en Nagasaki, afortunadamente no ha habido más ataques militares con armas nucleares. Durante la guerra fría, Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron a punto de usarlas y aún quedan misiles nucleares preparados para atacar tanto en el arsenal de Estados Unidos como en el de Rusia. En respuesta al anuncio del viaje que planea hacer Obama a Hiroshima, Kevin Martin, de Peace Action, también concedió escasa importancia a la posibilidad de la disculpa. En lugar de ello, ofreció esta breve lista de cosas que el presidente podría hacer:
“Sacar las armas nucleares del estado de alerta de activado fácil, separar las ojivas nucleares de sus sistemas de lanzamiento, iniciar negociaciones para la eliminación de las armas nucleares a nivel mundial, iniciar negociaciones tendientes a un Medio Oriente libre de armas de destrucción masiva. Pero incluso en relación con las armas nucleares desplegadas actualmente, podríamos reducirlas a un millar o menos, como el Pentágono ha sugerido en el pasado. Estas son solo algunas de las medidas que resultarían significativas y que ameritarían un viaje a Hiroshima”.
El Parque Memorial de la Paz de Hiroshima es un lugar hermoso y encantador. El monumento más emblemático es la llamada “cúpula de la bomba atómica”, situada sobre un gran edificio que no fue completamente destruido por el ataque. Cuando nos íbamos del memorial, Koji Hosokawa nos pidió que nos detuviéramos. Nos miró a los ojos y nos dijo que no olvidáramos a las víctimas: “Ellos vivían aquí. Por favor, digan que aquí vivía gente”. El presidente Obama debería encontrarse con Koji Hosokawa y otros hibakusha y escuchar sus historias.
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