En una reciente reunión social coincidimos en el tema gastado de saber quién era el más descollante hombre de ciencia. Alguien respondió que, sin lugar a dudas, era Newton, a lo mejor, recordando a Voltaíre o tal vez tenga razón, pues si la grandeza verdadera radica en recibir del cielo el don de la inteligencia y usarla para si y para los demás, un hombre como Newton, de los que nace uno cada diez siglos, es en verdad un gran hombre de ciencia. Posiblemente los políticos y los conquistadores, que no han faltado en ninguna época, parecerían ser ilustres malvados en comparación con Newton.
Así escribió Voltaíre. Surgió, de inmediato la pregunta: ¿Cuál candidato o líder o gobernante se gana el respeto? ¿Aquel que despierta admiración e interés basado en la fuerza de la verdad? ¿Aquel que convierte a las personas en esclavos en base a la violencia? ¿Aquel que comprende la realidad contemporánea y la mejora en beneficio colectivo o aquel que la desfigura y falsea en su propio beneficio o de una secta? Y siguieron las preguntas.
¿Quiénes son, como se llaman, los funcionarios descollantes del presente régimen en Venezuela? ¿Cuáles generales y ministros? ¿Por cual empezar? ¿Por donde empezar? ¿Cuál ha sido su origen? ¿Cuál su trayectoria? ¿Cuál su experiencia? ¿Quiénes sus antepasados? ¿Cuál es su educación formal? ¿Dónde la adquirieron? ¿Conocen de filosofía? ¿Conocen de historia? ¿Escriben, redactan y se expresan bien? ¿Son autodidactas? ¿Son admirados? ¿Quiénes y por que los admiran? ¿Cuál ha sido su contribución intelectual y obra exhibida?
¿Cómo se han desempeñado públicamente? ¿Se han dejado corromper por el dinero? ¿Han sufrido alguna condena política y/o penal y/o administrativa y/o moral? ¿Han sido relevados de algún cargo público y/o privado? ¿Son codiciosos? ¿Viciosos? ¿Son tan buenos que es mejor olvidar sus cosas malas? ¿Son admirados en el exterior? ¿Alguno tiene publicaciones? ¿Cuáles son? ¿Alguna idea original? ¿Algún invento? ¿Respetan el conocimiento producto de la investigación? ¿Respetan y toman en cuenta para sus decisiones a las instituciones educativas como la universidad e institutos de ciencia e investigación? ¿Creen en el perfeccionamiento de la razón humana? ¿Respetan la fe y creencias de la población? ¿Son marxistas, socialistas, comunistas? ¿Son o han sido guerrilleros, secuestradores, asaltantes, narcotraficantes, agentes de otros gobiernos? ¿Traidores a la patria? ¿Qué entienden por derechos del hombre y del ciudadano? ¿Cómo los practican?
¿Estarán concientes de que antes de ellos se realizaron descubrimientos y avances sorprendentes en la humanidad? ¿Ahora los ignoran? ¿Solo los autorizados por ellos pueden ser conocidos? ¡Vaya por la auyama, apreciado amigo! Busque puesto. Alístese. Es hora de la defensa de la patria y de la sociedad. “No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños, Cicerón”. Caracas, Venezuela |