La navajas y las maquinas de afeitar son sus pinceles y su cuero cabelludo su lienzo, no son pintores, ni artistas plásticos, pero hay quienes consideran este trabajo una verdadera obra de arte. Jóvenes y adultos, hombres y mujeres esperan horas para ser intervenidos por estos muchachos cuya popularidad ha crecido en barrios y mercados gracias a su trabajo con las tijeras. FOTO JAIRO CAJINA