LA JORNADA

Los estudiantes que sobrevivieron a la masacre de Parkland ofrecen una lección a su país

La Asociación Nacional del Rifle no lo vio venir. Podría haber vaticinado otro tiroteo letal en una escuela, como tantos que han tenido lugar en Estados Unidos. Pero lo que esta asociación aficionada a las armas de fuego no pudo predecir fue la respuesta inmediata e implacable de los estudiantes sobrevivientes, que canalizaron su furia y dolor por el asesinato de 17 de sus compañeros de clase y profesores contra el lobby de las armas y los políticos que tienen en el bolsillo. Presionado por este nuevo impulso de cambio, el presidente Donald Trump celebró una reunión con legisladores de los dos principales partidos políticos el miércoles por la tarde. En medio de discursos plagados de elogios hacia Trump, los senadores y representantes expusieron sus propuestas políticas, mientras Trump se atribuía el crédito por anticipado por lo que opinó que sería un proyecto de ley “hermoso”, que sería aprobado en el Senado por tantos votos más de los 60 necesarios que sería algo “increíble”.

Aún queda por ver si alguna de las políticas propuestas llega a convertirse en una ley integral para el control de las armas de fuego. Hay muchas razones para mostrar escepticismo, como los 54 millones de dólares que la Asociación Nacional del Rifle invirtió en las campañas presidenciales y del Congreso durante el ciclo electoral de 2016. La congresista demócrata Elizabeth Esty, de Connecticut, que asumió el cargo justo después de la masacre en la secundaria Sandy Hook, expresó una verdad innegable en la reunión bipartidaria: “Estamos en ante un punto de inflexión, gracias a los estudiantes”.

Los estudiantes sobrevivientes de la masacre del Día de San Valentín en la secundaria Marjory Stoneman Douglas son el corazón del movimiento para el control de armas de fuego. Están retomando una de las tradiciones políticas más fuertes de la historia de Estados Unidos: la tradición del activismo juvenil.

A esta altura, muchos de los sobrevivientes de la masacre de Parkland, Florida, son reconocidos a nivel nacional: como Emma Gonzalez, cuyo enérgico discurso pocos días después del tiroteo encendió el movimiento, o David Hogg, director del canal de televisión estudiantil de la escuela, cuyas impactantes apariciones en los medios contribuyeron a una vergonzosa teoría conspirativa de la derecha, que afirma que él y otros estudiantes son en realidad “actores de crisis” inflitrados, o Sam Zeif, que en la “audiencia” de la Casa Blanca increpó al presidente con estas palabras: “Estas no son armas de defensa; estas son armas de guerra… Todavía no puedo creer que yo mismo pueda comprar una”.

Otros ayudaron a organizar un viaje de más de cien sobrevivientes desde Parkland a Tallahassee, capital de Florida, para presionar a los legisladores estatales por una prohibición de las armas de asalto. Aunque la acción no tuvo éxito, los estudiantes volvieron a sus hogares más decididos que nunca.

El activismo juvenil tiene una larga historia en Estados Unidos. En 1903, Mary Harris Jones, la legendaria activista laboral irlandesa conocida popularmente como “Mother Jones”, lideró una marcha de cientos de niños trabajadores en huelga y sus padres desde Filadelfia hasta la ciudad de Nueva York. Luchaban contra el flagelo del trabajo infantil.

El movimiento por los derechos civiles fue propulsado por activistas jóvenes. Claudette Colvin tenía solo 15 años cuando se negó a cederle su asiento en el autobús a un pasajero blanco en Montgomery, Alabama, nueve meses antes de que Rosa Parks hiciera lo mismo. Colvin nos contó en una entrevista para Democracy Now!: “No podía moverme, porque la historia me había pegado al asiento… Porque sentía como si las manos de Sojourner Truth, [abolicionista y feminista], me estuvieran presionando un hombro y las manos de Harriet Tubman, [abolicionista], presionaran el otro. No podía moverme. Y grité: ‘¡Es mi derecho constitucional!’”.

Uno de los principales impulsores de la estrategia de no violencia utilizada por Martin Luther King Jr. fue James Lawson, quien fue nombrado pastor cuando estaba en la escuela secundaria, en 1947. Lawson, a su vez, formó a incontables activistas, como a John Lewis. Lewis fue uno de los líderes del Movimiento de Nashville para terminar con la segregación en las cantinas del sur del país y formó parte de las primeras caravanas por la libertad, cuyos integrantes tuvieron que enfrentar golpes, arrestos, multitudes enfurecidas y amenazas de muerte mientras viajaban en autobuses para forzar el fin de la segregación en el sistema de autobuses interestatales.

John Lewis tenía solo 23 años cuando se dirigió a la multitud en la Marcha sobre Washington de 1963, donde King pronunció su famoso discurso “Tengo un sueño”. Atendiendo las sugerencias hechas por sus mayores, por King y por un colega organizador de la marcha, A. Philip Randolph, Lewis editó su discurso: “Me pidieron que cambiara el discurso. Algunas personas pensaban que el discurso era demasiado radical, demasiado religioso. Yo pensaba que era un discurso para la ocasión. Representaba a las personas con las que estábamos trabajando”.

El actor Danny Glover le puso voz al discurso original de Lewis para el proyecto “Voces de la otra historia de Estados Unidos”. El fragmento que Lewis quitó decía: “A quienes nos han dicho, ‘sean pacientes y esperen’, debemos explicarles que ‘paciencia’ es una palabra sucia y desagradable. No podemos ser pacientes. No queremos ser libres de forma gradual. Queremos nuestra libertad, y la queremos ahora”.

Los estudiantes de Parkland han convocado a una marcha nacional para el próximo 24 de marzo. La marcha, a la que han decidido llamar “Marcha por nuestras vidas”, tendrá lugar en Washington D.C. y habrá marchas hermanas en todo el país. En muy pocos días han logrado recaudar más de tres millones de dólares para apoyar la organización de la manifestación. Emma González escribió en la revista Harper’s Bazaar: “Marchen con nosotros el 24 de marzo. Regístrense para votar. Acudan a las urnas. Porque tenemos que contrarrestar la agenda de la Asociación Nacional del Rifle de una vez por todas”. Además de la de 24 de marzo, ya hay otras dos convocatorias propuestas. Varios grupos de estudiantes de secundaria han convocado para el 14 de marzo una huelga estudiantil nacional en demanda de un mayor control sobre el uso de las armas de fuego. Una convocatoria similar tendrá lugar el 20 de abril, cuando se cumplan 19 años de la masacre de Columbine.

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