Susana Marley, conocida como “Mama Grande” en los pueblos originarios ha llorado muchas veces, al observar estupefacta que cada día 400 hectáreas de Bosawas, son despaladas, en detrimento de la “vida ecológica” del pulmón de Centroamérica.
En los próximos cinco años, ¿Qué quedará de Bosawas? se interroga “Mama Grande”, una voz potente de resistencia y luz para los comunitarios, señala que los despales masivos, ” no es solo para vender maderas preciosas a foráneos, sino para adueñarse de nuestras tierras y arrebatarnos los recursos hídricos”, asegura.
Enfatiza que ahora en verano, el Río Coco, está seco, ” ya no tenemos el ojo de agua y en poco tiempo correrán vehículos ahí”. ” El despale nos está matando a todos”, concluyó, “Mama Grande”.