La inercia profesional es la resistencia al cambio y afecta a los especialistas del derecho porque muchos de ellos, un buen porcentaje, no trabajan al ritmo que demanda la tecnología en sus actividades y servicios a la comunidad.
Los profesionales del derecho deben actualizarse principalmente en el aspecto digital para lograr la inmediatez de los servicios que prestan a los usuarios de justicia en el momento de los procesos de vida, familiar y laboral. Deben adaptarse a las iniciativas que le proporciona la tecnología y no oponer resistencia al cambio.
Hoy, el profesional del derecho labora afirmando su perfil de competencia. En estos tiempos, ya no es admisible la figura del abogado gritón, peleón, porque ahora los juicios son orales, donde debe expresar sus habilidades y destacar sus destrezas. Hoy, se utiliza el procedimiento de la sana crítica y no solo se requiere de la teoría.
El trabajo del abogado no solo es judicializar, hoy, se ejecuta la mediación y la intermediación para el cumplimiento eficaz de la justicia.