El odio es un sentir que afecta a uno mismo. En este pequeño artículo le damos las razones.

Primero, si usted está odiando a alguien, este alguien no lo sabe y usted piensa con mucho rechazo de ese ser que no da tiempo de reflexionar con uno mismo. Segundo, la persona odiada ni cuenta se da que usted la detesta, usted “maquina” daños a su víctima, la cual ni piensa en usted, y usted llega a perturbarse al punto de sentir dolores de cabeza o depresiones inconcebibles, sino acuérdese de su última pelea y sentirá que su odio reprimido se sale cómo un perro enjaulado, terminando con su estado de alegría. Y tercero, el único que sale perjudicado es usted por ser el maquinador de ideas malévolas que afortunadamente sólo quedan en ser palabras.

Al que odia le va mal
Según en entrevistas hechas por La Jornada al Dr. Leonel Ayala, fundador de los Grupos de Sicoterapia de la línea del Dr. Ayala, G.S.A., si uno se siente con demasiado rencor, esto provoca que uno mismo genere ideas que el resultado serán negativas para uno mismo y no para el desafortunado que se tiene en mente en ese momento.