El Martes 28 se realizó un seminario en la prestigiosa London School of Economics & Political Sciences (LSE) para evaluar en qué dirección va Latinoamérica tras las elecciones en Honduras, Bolivia, Chile, Costa Rica y Haití, y qué puede pasar ahora en las presidenciales venideras del Perú.
Nunca antes se habían conjugado en tan poco tiempo tantas elecciones simultáneamente en dicha región, proceso que va a continuar a lo largo del 2006 luego con los comicios en Colombia, República Dominicana, México, Ecuador, Brasil, Nicaragua y Venezuela.
El seminario fue organizado por la profesora Sara Motta, estuvo presidido por el profesor George Philip, jefe del departamento de gobierno y ciencias políticas de ésta, la principal universidad en el mundo especializada en ciencias sociales, y la presentación del tema estuvo a cargo del analista internacional Isaac Bigio, cuyo exposición pasamos inicialmente a resumir.
TRES POLOS POLITICOS EN AMERICA LATINA
Bigio explicó que si bien el consenso de Washington ha sido quebrado todavía el llamado neoliberalismo sigue fuerte e influyente en muchos países. En su visión Latinoamérica, si bien está uniformizada en la necesidad de mantener democracias que promuevan el mercado, está escindida entre dos modelos económicos. Con excepción de Cuba, todo el hemisferio tiene democracias representativas sustentadas en economías de mercado.
Mientras Mesoamérica está geográficamente a la izquierda pero políticamente a la derecha y liderada por modelos pro-libre empresa que establecen Tratados de Libre Comercio con EEUU, la costa atlántica sudamericana está geográficamente a la derecha pero políticamente se mueve hacia una izquierda que aceptan muchas privatizaciones, pero que es reacia al ALCA y, mas bien, preferiría potenciar un bloque económico proteccionista regional. En medio de estos polos hay quienes tratan de optar por una vía intermedia.
Desde el punto de vista de las fuerzas políticas Bigio sostuvo que hay esencialmente tres tipos de gobierno: uno centrado en promover la ‘libre empresa’, otro que busca compatibilizar el liberalismo con concesiones sociales y derechos humanos (el mismo que es impulsado por los presidentes socialdemócratas de Chile, Uruguay y Brasil), y finalmente está el nacionalista que postula un proteccionismo social y económico ante EEUU (y cuyo epicentro es Venezuela, aunque ha logrado vencer en Bolivia y busca ganar las presidenciales peruanas apuntalando a Ollanta Humala).
HONDURAS
Bigio fue detallando las distintas polarizaciones electorales que se produjeron en las últimas elecciones en dicha región. Para él el antagonismo más moderado se dio en los comicios de Honduras (27 de Noviembre) y el más duro se dio en los bolivianos (18 de diciembre).
En Honduras José Manuel Zelaya Rosales del Partido Liberal obtuvo 915,075 votos (49.9%) frente al los 846,493 (46.2%) del Partido Nacional de Porfirio Lobo Sosa. Las diferencias entre ellos son pequeñas y se refieren a que sectores económicos priorizar (construcción y mercado interna o maquiladoras y exportaciones); ambos apuntalan al modelo pro-libre mercado y al CAFTA (Tratado de Libre Comercio entre EEUU y Centroamérica).
Este país es el último resabio en América Latina del bi-partidismo liberal-conservador que rigió Gran Bretaña hasta la I Guerra Mundial y que recientemente ha sido tumbado en Colombia y Uruguay por los nuevos presidentes Álvaro Uribe y Tabaré Vásquez.
BOLIVIA
En cambio, el antagonismo que ha vivido Bolivia puede ir desembocando en uno más fuerte que el que experimenta Venezuela. Juan Evo Morales Ayma del Movimiento Al Socialismo (MAS) recibió 1,544,374 votos (53.7%) frente a 821,745 votos (28.6%) de Jorge Fernando "Tuto" Quiroga Ramírez de Poder Democrático y Social (PODEMOS).
Ambos provienen de polos opuestos. El primero es un sindicalista campesino cocalero que se educó junto a la extrema izquierda (su vicepresidente Álvaro Marcelo García Linera fue el ideólogo del Ejército Guerrilero Túpac Katari, el mismo que llegó a tener ciertas influencias del senderismo peruano) y cuyo movimiento se ha gestado en medio de bloqueos, huelgas y enfrentamientos violentos contra las FFAA. El segundo proviene de la extrema derecha; es el jefe de Acción Democrática Nacionalista (ADN), el partido fundado por el general Hugo Bánzer después de haber finalizado su dictadura anticomunista en 1971-78, y fue electo vicepresidente del nuevo gobierno (este vez no militar sino constitucional) de Bánzer en 1997-2001, aunque en Julio 2001 tras el fallecimiento de dicho presidente él asume el mando hasta Agosto 2002.
Mientras Morales se asienta en el altiplano occidental quechuaymara y en las capas laborales y pobres, Quiroga tiene su fuerza en sectores medios y altos y en la ‘media luna’ oriental con menos población amerindia. Los proyectos que ambos encarnan son muy disímiles. Mientras Quiroga representa la continuación del sistema ‘neo-liberal’ implantado en 1985 con el decreto ley 21060 y cuyas consecuencias han sido la privatización de la mayor parte de las empresas estatales del país (que antes constituían el 70% de la economía), Morales plantea legalizar la coca, nacionalizar el gas e ir hacia una constituyente que refunde a Bolivia como una ‘nueva república multi-étnica’.
Estas elecciones bolivianas implican un gran cambio en ese país. En una nación donde usualmente hay alto abstencionismo, la participación fue elevada. Desde que el MNR deja el poder (quien gobernó el país como una suerte de partido único tipo PRI mexicano en 1952-64) y se inicia en 1978 el proceso de democratización, esta ha sido la primera vez que un candidato no sólo ha superado el 40% sino que llega al 53% tanto en los votos como en la composición del congreso. La irrupción de Morales termina de sepultar al viejo modelo partidario. Todos los 6 grandes partidos que estuvieron en gobiernos bolivianos en los últimos 20 años quedaron anulados (Como el MIR, UCS, NFR y Condepa), reducidos al mínimo (MNR) o diluidos en un ente mayor (ADN dentro de Podemos).
El hecho que Bolivia sea la primera república sudamericana en tener un sindicalista indio de presidente y un ex jefe de una guerrilla marxistoide en la vicepresidencia implica un giro político y social significativo...Seguir >>