2000 civiles murieron durante 78 días de devastadores ataques aéreos emprendidos por la OTAN contra Yugoslavia en 1999. Entonces los ciudadanos de un país europeo se acostumbraron a esconderse en refugios antibombas y orar por sus seres queridos.
El presidente de EE.UU. Bill Clinton anunció el lanzamiento de los ataques contra Yugoslavia en un discurso el 24 de marzo de 1999 justificándolo como “una intervención humanitaria” para impedir “la represión brutal” de las fuerzas yugoslavas contra la mayoría albanesa en la provincia serbia de Kosovo. “También es importante para el interés nacional de EE.UU.”, agregó.
Una persona de etnia albanesa pasa por delante de unos cuarteles del Ejército yugoslavo destruidos durante los ataques aéreos de la OTAN en la ciudad de Pec en Kosovo.