El genoma de los microorganismos encontrados en los dientes de víctimas de una enfermedad que fue conocida como cocoliztli, analizados con una nueva técnica, confirma que se trataba de fiebre tifoidea
Las bacterias del género Salmonella pudieron causar estragos en México durante el siglo XVI. Investigadores de Alemania, Suiza y Estados Unidos y México acaban de publicar en la revista científica Nature Ecology & Evolution un estudio en el que analizaron los dientes de víctimas de una epidemia, en los que encontraron genomas de Salmonella enterica. Esta investigación revela la primera aparición conocida de estas bacterias en el continente americano. Probablemente fueron introducidas por los europeos y su efecto fue devastador.
La identificación de patógenos causantes de enfermedades infecciosas a partir de restos humanos encontrados en restos arqueológicos es muy difícil porque la mayoría no deja huellas. En este caso, los científicos utilizaron una nueva técnica de detección llamada Megan Alignment Tool (MALT) para identificar las secuencias de ADN de Salmonella de los dientes de diez indígenas enterrados en un cementerio de víctimas de una enfermedad que fue conocida como cocoliztli en el idioma náhuatl y que data de las primeras épocas de contacto con los europeos, según la información de la revista recogida por DiCYT.
La documentación histórica de los síntomas de la epidemia de cocoliztli se había usado anteriormente para argumentar que alguna forma de fiebre tifoidea o fiebre entérica era responsable del brote. Esta identificación de S. enterica respalda esta idea porque, en efecto, se trata del microorganismo que a la fiebre tifoidea.
Al carecer de una exposición previa a la bacteria S. enterica, que estuvo presente en Europa en la Edad Media, las poblaciones indígenas habrían sido muy vulnerables a la infección, lo que podría explicar las altas tasas de mortalidad que provocó el cocoliztli.
Una técnica que identificará otros casos
El mismo patrón se refleja en el intercambio de múltiples enfermedades, como la viruela, la gripe y el sarampión, entre estadounidenses y europeos en los siglos posteriores al primer contacto. Al igual que con la fiebre tifoidea, muchas de estas enfermedades no dejan rastros en el esqueleto de las víctimas. Sin embargo, los científicos creen que la nueva técnica MALT pueda ayudar en el futuro a identificar los virus de ADN y los patógenos bacterianos que causaron algunos de ellos.
En la investigación ha participado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, junto con prestigiosos centros como el instituto Max Planck de Alemania; la Universidad de Zúrich, en Suiza; y la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.