El caza de quinta generación F-35 Lightning II de Lockheed Martin podría copar en los próximos años el este de Asia y rodear Corea del Norte, según una información de la agencia surcoreana Yonhap que recoge UPI.
Así, en los primeros años de la próxima década, EE.UU., Corea del Sur y Japón podrían tener más de 100 de esas aeronaves en las proximidades de la frontera norcoreana.
De este modo, el Gobierno de EE.UU. tiene previsto desplegar a fines de este año cazas F-35A de su 34.º Escuadrón de Combate a las bases aéreas Kadena (Okinawa, Japón) y Osan (Corea del Sur). En total, el Pentágono habrá desplegado 40 F-35 en territorio surcoreano para 2021.
Además, un escuadrón de F-35 está instalado en la estación aérea de Iwakuni —en el sur de Japón— y ocho unidades del modelo F-35B participaron en otras maniobras el pasado marzo, en las que demostraron su capacidad para realizar ataques de precisión.
Respuesta defensiva de Corea del Norte
Ante esta avanzada aérea, Corea del Norte queda rodeada por aviones de combate, muchos de los cuales están instalados en cercanías de su territorio. Para contrarrestar una eventual incursión en su espacio aéreo, el Gobierno de Kim Jong-un ha adquirido sistemas de radares y ha despegado más de 40 misiles antiaéreos SA-5 Gammon en las cercanías de Pionyang, su capital.
Mientras tanto, EE.UU. y Corea del Sur continúan con los ejercicios militares conjuntos Ulchi Guardián de la Libertad, que continuarán hasta fin de mes y han generado una dura respuesta del gobierno de Kim Jong-un.
En los ejercicios participan unos 40.000 soldados de ambos países, además de civiles.
Las autoridades militares estadounidenses han asegurado que esas maniobras servirán para “mejorar la preparación” y “mantener la estabilidad” en la región.
Corea del Norte ha advertido que no puede “garantizar” que el simulacro “no se convierta en una batalla real”.