
Imagen ilustrativa
Un equipo de astrónomos de la Agencia Espacial Europea ha detectado por primera vez una eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) en una estrella que no es el Sol, según un estudio publicado este miércoles en la revista Nature.
Durante las CME, se expulsan cantidades masivas de material en violentas explosiones que inundan el espacio próximo, pero, hasta ahora, solo se habían detectado en nuestro Sol. Los astrónomos “llevan décadas queriendo detectar una CME en otra estrella”, afirmó Joe Callingham, autor del estudio.
“Hallazgos anteriores habían inferido su existencia o insinuado su presencia, pero no habían confirmado realmente que ese material se hubiera escapado definitivamente al espacio. Ahora hemos logrado hacerlo por primera vez”, afirmó el investigador del Instituto Neerlandés de Radioastronomía ASTRON.
Las CME son fenómenos comunes en nuestro Sol. Estos eventos causan alteraciones en el clima espacial que provocan fenómenos como las auroras boreales, interrupciones en las comunicaciones por radio y alteraciones en el funcionamiento de los satélites y las redes eléctricas.
Malas noticias para la búsqueda de vida en el espacio
La estrella en cuestión es una enana roja situada a más de 130 años luz de nuestro sistema solar. La mayoría de los planetas descubiertos en nuestra galaxia orbitan en torno a este tipo de estrellas.
Además de que los planetas no pueden estar ni muy cerca ni muy lejos de su estrella para ser considerados habitables, la actividad solar también plantea un escenario complicado. La estrella del planeta candidato no debe ser particularmente activa, con violentas tormentas y constantes eyecciones de masa coronal.
Un planeta constantemente bombardeado con CME poderosa podría perder su atmósfera por completo, quedando reducido a una roca estéril, aunque se encontrara a la distancia ideal de su estrella. La capacidad de las CME para arrancar la atmósfera de cualquier planeta próximo es un factor importante a tener en cuenta en la búsqueda de vida en otros planetas.
“Parece que el clima espacial intenso puede ser aún más extremo alrededor de las estrellas más pequeñas, que son las principales anfitrionas de exoplanetas potencialmente habitables”, añadió Henrik Eklund, investigador del Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC) en Noordwijk (Países Bajos).