La pieza tiene probablemente su origen en la abadía de Bury St Edmunds, uno de los edificios más grandes de Europa occidental en la época
Una moneda datada de entre 1470 y 1560 fue descubierta durante un estudio arqueológico cerca de Oxburgh Estate, una casa de campo en el condado inglés de Suffolk construida en 1482 y que está a cargo del National Trust, una organización conservacionista británica, informa Suffolk News.
La moneda tiene probablemente su origen en la abadía de Bury St Edmunds, a decenas de kilómetros de distancia. Se trata de una ficha de plomo llamada ‘Bishop Boy’ (‘niño obispo’, en español), que podía usarse para comprar comida en la abadía o en la localidad entre el Día de San Nicolás, el 6 de diciembre, y el Día de los Santos Inocentes, el 28 de diciembre.
Have you read the story yet about the Medieval token that was given out at Christmas time 600 years ago, that was recently discovered @OxburghEstateNT? https://t.co/GxEtu21eg0 pic.twitter.com/Kl4PfqELk6
— National Trust in the East (@East_England_NT) December 18, 2023
En la época medieval y temprana de la dinastía Tudor, en la fiesta de San Nicolás, las catedrales inglesas elegían a un niño del coro para que parodiara al obispo, encabezando algunos servicios religiosos y procesiones de Navidad, y recaudara dinero para la Iglesia.
Un lado de la moneda hallada está muy corroído, pero probablemente habría mostrado la cabeza de un obispo. El otro lado está bien conservado y representa una larga cruz.
In the medieval & early Tudor eras, on the Feast Day of St Nicholas (6th Dec), a choirboy was chosen to act as ‘Boy Bishop’, a parody of the Bishop over the Christmas period. Boy Bishops, mostly in Suffolk, also doled out tokens to the poor
📷Staatsbibliothek Bamberg photo G Raab pic.twitter.com/28A09t4Wow— National Trust Archaeology (@NatTrustArch) December 18, 2023
“Creemos que uno de los habitantes del pueblo de Oxborough debió haber hecho el largo viaje hasta Bury St Edmunds, alrededor de 27 millas [casi 45,5 km], para ver las ceremonias festivas y adquirir la ficha. Como la abadía era uno de los edificios más grandes de Europa occidental, esa debió haber sido una experiencia alucinante para alguien de un pueblo pequeño”, comentó Angus Wainwright, arqueólogo del National Trust.