Con su decisión de conceder una pausa de 90 días, Donald Trump menoscabó su propia reputación, por lo que nunca volverá a parecer tan poderoso, opinan en Sky News.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció este miércoles una pausa de 90 días y un arancel recíproco sustancialmente reducido durante este periodo del 10 % para más de 75 países que se habían dirigido a los representantes estadounidenses para abordar las tarifas y no habían tomado ninguna medida de represalia.
Tras esta noticia, varios medios de comunicación internacionales han tratado de analizar cuán forzada fue la decisión y si esta podría conducir a un cambio a largo plazo en la política comercial de Trump.
Expertos de The New York Times, con referencia a personas al tanto del asunto, indican que la principal razón por la que Trump decidió cambiar de postura fue la agitación económica, en particular, el rápido aumento de los rendimientos de los bonos del Gobierno. Además, apuntan que miembros de alto rango del equipo del presidente temían que el pánico financiero pudiera salirse del control y devastar la economía.
No obstante, después del anuncio de la pausa, los funcionarios intentaron demostrar que se trataba de una estrategia planeada previamente y abordada en un libro del propio mandatario, aunque, según NYT, hasta el último minuto, incluso muchos de los asesores y cargos más importantes de Trump no sabían nada de sus planes.
Analistas de The Wall Street Journal también se centraron en el estado de la economía estadounidense, los mercados, los bonos y las acciones, que en los últimos días han experimentado choques, afirmando que eso fue exactamente lo que hizo que Trump cambiara de posición.
“Las imprudentes políticas comerciales del Sr. Trump corren el riesgo de encarecer los préstamos, lo que inevitablemente genera inquietud sobre la liquidez y la posibilidad de sorpresas desagradables en los mercados de capitales por parte de empresas afectadas por fluctuaciones bruscas en las divisas o los bonos”, explican.
Por otra parte, sugieren que el presidente estadounidense busca desvincularse de China al tiempo que expandir el comercio con sus aliados.
De igual modo, Sky News resalta que solo al enfrentarse a un posible aumento de los costes de los préstamos para millones de propietarios de viviendas, consumidores y empresas estadounidenses, el inquilino de la Casa Blanca decidió frenar su política arancelaria, “y con razón”.
No obstante, subrayan, esto ha afectado a su reputación. “Este presidente, que por su agresivo uso de los poderes ejecutivos de emergencia había parecido más poderoso que cualquiera de sus predecesores, nunca volverá a parecer tan poderoso”, valora el medio.
“Dolor completamente innecesario”
Mientras, desde Handelsblatt señalan que, aunque la pausa de 90 días es una buena noticia, ya que da a más de 75 países la oportunidad de tomarse un respiro y de abordar un eventual acuerdo favorable para todas las partes, plantea varias cuestiones y pone en duda la coherencia de las acciones de la Administración Trump.
Así, opinan que el mandatario “ha infligido a su propio país y al resto del mundo un dolor que era y es completamente innecesario” y se preguntan quién puede garantizar que no cambiará de opinión en un futuro próximo. En la misma línea, consideran que “el patético caos arancelario de Trump es puro abuso de poder” y demuestra “de una vez por todas que ya no se le puede creer”.
Mientras, desde China advierten que si EE.UU. insiste en iniciar una guerra arancelaria o comercial, el país asiático “luchará hasta el final”. Por su parte, el diario francés Le Figaro acentúa que Trump fue “el primero en ceder”. Al anunciar una pausa de 90 días, el presidente “dio marcha atrás ante las críticas” de las comunidades empresarial y financiera, que alertaban que las tarifas arancelarias podían provocar una recesión.
Señal alarmante
La introducción de masivos aranceles por parte del Gobierno de Trump a varios actores internacionales, incluida China con una tasa ahora elevada al 125 %, sacudió a los mercados globales y causó pérdidas millonarias en las bolsas.
En EE.UU., una de las repercusiones más notables y preocupantes ha sido el desplome de los bonos del Departamento del Tesoro, que evidenció que la deuda pública estadounidense ya no es un “refugio seguro” para los inversores.
En condiciones normales, los tipos de interés de la deuda pública bajan cuando caen las bolsas. Esto se debe a que si los inversores venden acciones, suelen querer trasladar su dinero a activos refugio, lo que impulsa la demanda de estos. No obstante, esta vez ocurrió lo contrario. En lugar de comprar bonos, los inversores se embarcaron en una venta increíblemente agresiva. Cuando los inversores venden bonos, la demanda disminuye, lo que hace que los compradores exijan tipos de interés más altos, por lo que los rendimientos aumentan.
Desde el anuncio de los nuevos aranceles, la demanda se desplomó tanto que, en solo dos días, los rendimientos de los bonos del Tesoro a 30 años aumentaron al ritmo más rápido registrado durante cualquier caída importante del mercado de valores desde 1982, recoge The Telegraph.