Ayer no se aprobó la Ley del Salario Mínimo. El COSEP no se presentó a la mesa tripartita. La cuenta regresiva apunta al rojo. No hubo excusas del empresariado porque su actuación ” es ofensiva, prepotente y soberbia” dijo en tono airado, el sindicalista “Chepón” Espinoza. Luis Barboza, secundó y dijo que exigieron a la Ministra del Trabajo aplicar la Ley, aunque reconoció que las pláticas iniciaron el 8 de enero y deben finalizar el 8 de marzo.
José Adán Aguerrí, dijo lacónicamente que esperan “consensuar con el gobierno” y no comentó más. Antier, señaló que el salario mínimo de 8.25 en la zona franca fue firmado por cinco años. Manifestó que los empresarios propugnan por la firma de la Ley del Salario Mínimo con duración de dos años. Desmintió el rumor que aumentarían a dos dígitos su propuesta. Sostuvo que mantienen el 8.25.
Una pregunta agita en los corrillos: ¿Desaparecerá el tripartismo de las mesas de discusión del salario mínimo? Porqué, esa extraña posición del empresariado nacional?. Esta posición, de aparente desinterés a quien beneficia, o porqué se impulsa, si no existe crisis entre sindicalista y empresarios?
En estos años, los empresarios ocupan un lugar privilegiado en la economía, no así los trabajadores en los diferentes ámbitos. Con inversiones millonarias nacionales y extranjeras, estabilidad social, el respaldo del gobierno y la seguridad jurídica para operar, no existe a simple vista cuál es la “madeja que teje el COSEP” en detrimento de las aspiraciones económicas de los trabajadores.