Actualmente, el sistema estadounidense es el más antiguo del complejo de defensa aérea del país hebreo
La Fuerza Aérea israelí planea despedirse de sus anticuados sistemas de defensa antimisiles Patriot en los próximos meses, sustituyendo las baterías por defensas aéreas más avanzadas, informa The Times of Israel citando a militares israelíes.
“Actualmente estamos en proceso de reducir las baterías hasta dejar de usar todo el sistema“, declaró el jefe del 138.º batallón de la Defensa Aérea, que opera los Patriot.
En febrero, las fuerzas militares israelíes afirmaron que estaban en proceso de dejar de usar varias baterías Patriot, y que su personal recibiría formación para operar en su lugar la Cúpula de Hierro. Este martes, el Ejército israelí informó que planea abandonar el sistema Patriot en un plazo de dos meses.
Según se informa, el sistema Patriot está en servicio en Israel desde 1991, y en 2014 realizó su primera interceptación, derribando un dron de Hamás. Sin embargo, los militares informan que el sistema no siempre cumplió su tarea y solo derribó 10 objetivos en la década siguiente.
En medio de la guerra en curso en la Franja de Gaza, el Patriot se ha utilizado un puñado de veces, aunque en la mayoría de los casos se lanzaron interceptores debido a identificaciones falsas.
¿En qué consiste el sistema de defensa antiaérea de Israel?
Israel dispone de un sistema de defensa antiaérea multicapa desarrollado con el respaldo de EE.UU. El sistema Arrow está diseñado para interceptar misiles de largo alcance. Otro sistema, la Honda de David, está destinado a interceptar misiles de alcance medio, como los que posee Hezbolá en el Líbano.
El sistema Patriot, el miembro más antiguo del sistema de defensa antimisiles de Israel, fue utilizado durante la Primera Guerra del Golfo, en 1991. Actualmente, los Patriot se utilizan para derribar aviones, incluidos drones. Por su parte, la Cúpula de Hierro se especializa en derribar cohetes de corto alcance y ha interceptado miles de cohetes desde su activación a principios de la década pasada. Israel afirma que tiene una tasa de éxito superior al 90 %.