La ONU denunció hoy que el grado de represión “es tan alto” en Nicaragua que ha forzado al exilio a ciudadanos por el simple hecho de expresar opiniones distintas a las del gobierno, en un patrón de violencia que no cesa.
La violencia que las fuerzas gubernamentales han ejercido desde el pasado abril contra los manifestantes que reclamaban la salida del presidente Daniel Ortega ha obligado a muchos a intentar escapar del país o, al menos, a intentar hacerlo, recalca.
El informe señala que en la primera fase de la crisis la Policía y elementos armados progobierno -entre otros las denominadas “fuerzas de choque” y turbas- reprimieron las protestas, y en una segunda etapa desmontaron violentamente las barricadas levantadas por los manifestantes.
Como consecuencia de la represión, más de 300 personas han resultado muertas y unas 2.000 heridas, según el recuento de distintos organismos de derechos humanos.