Oslo quiere limitar la producción de electricidad por la caída del caudal de los ríos
El plan del Gobierno noruego de reducir las exportaciones de electricidad está generando desasosiego entre los operadores de redes eléctricas en Dinamarca, Finlandia y Suecia, que acusan a Oslo de socavar el mercado energético en Europa, informa el diario The Financial Times en un artículo publicado este domingo.
“Sería el primer país en Europa en hacerlo con la electricidad. Sería un paso muy peligroso y nacionalista. Es un comportamiento egoísta. Si no trabajamos juntos, esto ayudará a Rusia. La mejor manera de ayudar a Rusia es abandonar el equipo”, enfatizó en sus declaraciones al medio Jukka Ruusunen, director ejecutivo del operador de la red finlandesa.
En esta línea, Ruusunen recordó que Oslo está ganando “mucho dinero” desde que empezó el conflicto entre Rusia y Ucrania, mientras que la reducción de las exportaciones eléctricas iría en beneficio de “voces populistas y nacionalistas para dividir el mercado”.
Por su parte, Johannes Bruun, jefe del operador danés Energinet, calificó de “erróneo” el recorte anunciado y advirtió que este tipo de medidas son “contagiosas”. Sin embargo, excluyó cualquier medida de represalia por parte de Copenhague.
Causas naturales
Las autoridades noruegas planean disminuir las exportaciones debido a la reducción del caudal de los ríos, pues casi toda la energía eléctrica de la nación se genera en las centrales hidroeléctricas.
Andreas Bjelland Eriksen, secretario de Estado en el Ministerio de Petróleo y Energía de Noruega, confirmó al periódico que el Ejecutivo está elaborando un mecanismo para recortar la producción y, por tanto, la exportación, cuando el agua de los embalses que alimentan las hidroeléctricas caigan “a niveles muy bajos”. El alto funcionario subrayó que cualquier medida no violaría “las obligaciones” del país ante los consumidores europeos y contribuiría a “la estabilidad de todo el sistema eléctrico integrado”.
Mientras, el ministro de Finanzas noruego, Trygve Slagsvold Vedum, trató de calmar a Helsinki y a Estocolmo, recordándoles que reciben la electricidad desde el norte de Noruega, donde los niveles en los embalses son altos y los precios bajos. Una situación contraria se observa en el sur, que suministra electricidad para Dinamarca, Alemania, el Reino Unido y Países Bajos.