LA JORNADA

México teme el posible regreso de ‘El narco de narcos’

RT

El mes pasado, la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA, por su siglas en inglés) difundió un informe en el que se señala que el narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero se disputa el norte de su país con el Cártel de Sinaloa, que sufrió la vuelta al penal de su líder, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.

Días después de la difusión de ese documento, el fiscal general del estado mexicano de Chihuahua, Enrique González, advirtió que poseían información de que Caro Quintero, “uno de los narcotraficantes más conocidos del país”, pretende hacerse con Ciudad Juárez y su valle anexo, cercano a la frontera entre México y Estados Unidos.

Tres años después de que un fallo judicial decidiera su salida de prisión este capo del narco, de 63 años, afirmó en una carta que lo único que quería era vivir en paz y tranquilamente junto a su familia. Sin embargo, las investigaciones judiciales indican lo contrario.

En una declaración a la agencia AP, el que fuera jefe de Operaciones Internacionales de la DEA, Michael Vigil, confirmó que Caro Quintero se ha aliado con antiguos miembros del cártel de los Beltrán Leyva para despojar a ‘El Chapo’ del control de varias zonas de Chihuahua.

El pasado lo persigue

Rafael Caro Quintero nació en la sierra de Badiraguato (Sinaloa). A los 13 años quedó huérfano de padre y madre y se hizo cargo de su familia de 12 hermanos, que se distribuyeron en varios municipios de Sinaloa y Jalisco.

A los 18 años se convirtió en chofer de carga en Culiacán, la capital de Sinaloa, y conoció a Ernesto Fonseca Carrillo ‘Don Neto’ y Juan José Esparragoza ‘El Azul’, con quienes armó una de las organizaciones más grandes en la historia del narcotráfico mexicano.

Caro Quintero pasó 28 años tras las rejas por su historia delictiva de la década de los 80, cuando estaba al mando del cártel narcotraficante de Guadalajara. Las autoridades mexicanas le responsabilizaron del asesinato del agente antidrogas estadounidense Enrique ‘Kikí’ Camarena, así como del piloto Alfredo Zavala.

Sus aliados en esa alianza delictiva que, con el tiempo, expandió sus operaciones a Sudamérica y a EE.UU., fueron Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo. Además, este narcotraficante se hizo con los ranchos El Búfalo, El Vaquero y Pocitos en Chihuahua, donde miles de hombres levantaron marihuana durante años.

Foto Archivo

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