LA JORNADA

Taiwán contrarresta el modelo “Un país, dos sistemas”

La Presidenta de la República de China (Taiwán) Tsai Ing-wen convocó a una reunión del Consejo de Seguridad Nacional en la que presentó una serie de directrices orientadas a varios ámbitos como respuesta a la formula “un país, dos sistemas” propuesta por el presidente chino Xi Jinping.

A través de dicha fórmula China intenta destruir la democracia de Taiwán: “Los cinco puntos de Xi Jinping” pronunciados en su discurso revelan que China había incluido en su agenda política la aplicación del modelo “Un país, dos sistemas” y lo había hecho constar en los informes de trabajo de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh) y la Asamblea Nacional Popular (ANP) celebradas en el mes de marzo.

El objetivo de todo ello es eliminar la soberanía de la República de China, reprimir el sistema libre y democrático de Taiwán y limitar el derecho de los taiwaneses a elegir su sistema político y su modo de vida. Lo cual ha sido rechazado por la mayoría de los taiwaneses, en las encuestas recién hechas.

El modelo “Un país, dos sistemas” de China ha afectado la paz y la estabilidad en la región de Asia-Pacífico, puesto que Xi Jinping en su discurso del 2 de enero destacó abiertamente que no renunciaría al uso de la fuerza contra Taiwán. Este intento de intimidar a los taiwaneses y alertar a otros países de no intervenir ha perjudicado gravemente la paz y la estabilidad en la región de Asia-Pacífico, lo cual no beneficia a ninguno de los países del área.

El uso del “poder afilado” (sharp power) por parte de China para socavar la sociedad democrática taiwanesa, se ha convertido en un problema común que enfrentan los países democráticos. La Comisión Europea publicó un informe estratégico para ajustar su política hacia China. Asimismo, Estados Unidos ha protestado a China sobre la obligación que impone éste país a empresas extranjeras que operan en China a transferir tecnologías a China así como la poca relevancia concedida a los derechos de propiedad intelectual. Todo ello muestra que el “poder afilado” de China se ha convertido en una preocupación común entre las democracias del mundo.

Por lo cual, la República de China hace un llamamiento a los países de ideas afines a apoyar la democracia de Taiwán, un país soberano e independiente y sus más de 23 millones de habitantes quieren vivir bajo un sistema libre y democrático. Urgimos a las naciones del mundo, a oponerse a la afrenta que padece Taiwán por parte de China en el espacio internacional. Taiwán nunca ha estado bajo la jurisdicción de, ni ha sido parte de la República Popular China. Es por ello, que pedimos a todos los países a mejorar y fortalecer las relaciones con Taiwán y a apoyar su participación en la comunidad internacional.

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