Nicaragua recuerda con mucho dolor y tristeza los 21 años del paso del catastrófico Huracán Mitch en el año 1998.
El huracán Mitch fue uno de los ciclones tropicales más poderosos y mortales que se han visto en la era moderna, teniendo una velocidad máxima de vientos sostenidos de 290 km/h.
Mitch pasó por América Central del 22 de octubre al 5 de noviembre en la temporada de huracanes en el Atlántico de 1998. También causó miles de millones de dólares en pérdidas materiales.
Aquel 26, 27, 28, 29 y 30 de octubre de 1998 fueron días de sufrimiento por los miles de muertos y caseríos devastados del país.
El huracán Mitch mató aproximadamente a 7.000 personas en Honduras y cerca de 4.000 en Nicaragua.
Más de 11 000 personas murieron y alrededor de 8 000 permanecían desaparecidas a finales de 1998.
Además de alcanzar el nivel de categoría 5, la característica más destructiva del huracán Mitch fue su movimiento lento. Durante casi una semana, Mitch descargó lluvias torrenciales:
El huracán Mitch provocó escasez de alimentos y agua, condiciones sanitarias peligrosas y brotes de malaria, dengue, cólera, hepatitis y enfermedades respiratorias y gastrointestinales en toda la región.
En Nicaragua, Mitch afectó a más de 800.000 personas (o alrededor de 19 por ciento de la población) en aproximadamente 72 (o cerca del 59 por ciento) de sus municipios.
Muchas clínicas de salud quedaron destruidas y la red de agua potable y saneamiento sufrió algún daño. Nicaragua perdió alrededor de 5 por ciento de su PIB, con la agricultura especialmente afectada, y hubo un daño inestimable en los bosques y recursos naturales.
La sedimentación y los cadáveres de animales mezclados con aguas residuales y otros materiales contaminaron el agua en muchos lugares.
21 años se cumplen desde que el Huracán Mitch golpeó con toda su furia Centroamérica. Aunque el ojo del ciclón no pasó por Nicaragua, la destrucción fue de grandes proporciones.
Entre los desastres provocados por el Huracán Mitch, no se puede olvidar aquel fatídico día en que un alud de lodo acabó con la vida de miles de personas en las faldas del volcán Casitas, un deslave que recorrió 16 km de largo y 8 de ancho.